Preocupaciones y fruslerías

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¡Hola! Bueno, primero que nada, quiero disculparme porque hace una pequeña eternidad que no publico nada. La verdad es que acabo de entrar a la preparatoria y aún estoy tratando de encontrar el balance entre mi vida personal y la que llevo por aquí, pero parece que tardará un poco en aparecer.

Ahora, la Semana Solangelo... verán, hace ya algunos meses me enteré de que habría un evento de una semana dedicada para las parejas Malec y Jaylos, a los que, por supuesto, me apunté de inmediato. Sin embargo, me llamó la atención que no había una iniciativa similar con Solangelo, porque creo que es una pareja muy querida así que decidí organizarlo yo misma.

Este es mi primer intento de organizar nada así que... ¡espero que haya quedado decente!

Martes-Eso que sabes que faltó

Preocupaciones y fruslerías

El hecho de que Nico no era un simpatizante del contacto físico no era un secreto; el campamento entero ―ambos campamentos― lo sabía muy bien y Will, antes siquiera de que empezara a salir con el hijo de Hades había estado al tanto de esa peculiaridad del italiano.

Will, por otro lado, buscaba la cercanía física de forma casi inconsciente, quizás por la cantidad de hermanos que tenía y el hecho de que siempre estaban esperando solucionara cualquier pequeño desacuerdo, quizás porque su propio trabajo requería de un constante acercamiento.

Ese pequeño detalle era sólo un número en la larga lista de cosas en las cuales Will y Nico eran opuestos, lo que no dejaba de ser cómico y hasta casi irónico, pues esas ―esas muchas― diferencias no restaban cuánto se querían el uno al otro.

Sin embargo, esa pequeña discrepancia de opiniones sí había conseguido preocupar un poco a Will al principio de su relación, pues aunque no la encontraba molesta, sí le preocupaba que en algún momento olvidara que Nico prefería que no lo tocaran y rodeara los hombros del hijo de Hades o lo tomara de la mano sin el consentimiento del pelinegro, incomodándolo, o peor aún, haciéndole creer que no le importara cómo se sintiera él.

Cuando Will había voceado su inquietud, Lou lo había reprendido diciéndole que era un idiota y que, punto número uno, él era incapaz de no tomar los sentimientos de los demás antes de hacer cualquier cosa, y punto número dos, Nico sabía perfectamente que, si habían tardado tanto en concretar una relación había sido porque Nico creía que Will lo rechazaría si se le declaraba en tanto que el hijo de Apolo defendía que no quería forzar al integrante de la cabaña 13 a nada, lo cual había sido una tontería de la que el campamento al completo se reía. Nico no iba a rechazarlo. Sobre todo, si había alguien en el campamento a quien Nico permitía acercase físicamente además de su hermana, ese sin duda era Will Solace.

Para ser honestos, Lou tenía razón. Era una estupidez sopesar siquiera que Nico dudara del cariño que él le profesaba meramente porque en un desliz se le ocurriera algo tan común como abrazarlo.

Ese conocimiento, sin embargo, no impedía que el hijo de Apolo se sobresaltara cada vez que se sorprendía a sí mismo dirigiendo su brazo derecho hacia los hombros de Nico o sus labios hacia los del italiano sin antes haber pedido el conscientemente del susodicho, por más absurdo que eso sonara.

Tales preocupaciones se vieron cortadas de tajo una buena mañana cuando, en pleno pabellón del desayuno y sin razón aparente, Nico recargó el rostro sobre el hombro de Will, pasando por alto el hecho de que no sólo estaban en público, sino de que se encontraban frente a todo el campamento.

Con toda sinceridad, Will empezó a sudar frío, no porque la acción de Nico le resultara indeseada o el contacto desagradable, sino porque antes de lo que él quisiera o deseara, debía asegurarse de que Nico se encontraba cómodo con lo que estaba sucediendo.

―¿Te sientes bien? ―inquirió el hijo de Apolo, pensando que quizás el justificante a esa inopinada acción era un problema de salud.

Por toda respuesta, Nico asintió contra el hombro del rubio.

―No dormiste anoche, ¿verdad? ―continuó Will sin poder contenerse más y decidiendo rodear los hombros de Nico, atrayéndolo un poco más a él, gesto que fue reconocido con un murmullo apreciativo por parte del hijo de Hades.

―Te juro que no fue mi culpa ―afirmó Nico después de negar suavemente con la cabeza, sus orbes azabache cerrados, abandonado completamente a la confianza que tenía en el hijo de Apolo.

―Yo sé que no ―aseguró Will, presionando un casto beso en la frente de su novio, aunque no pudo evitar hacer una mueca ante el pensamiento del chico que entonces descansaba en sus brazos solo a mitad de la noche, incapaz de confiar en que su mente no le jugaría una treta cruel, forzándose a no dormir por miedo a ello―. Sabes que si es así de malo podrías quedarte en la enfermería, ¿no es cierto? Puedo cambiar el turno de hoy en la noche con Aila o tal vez...

Sin embargo, Nico lo interrumpió encogiéndose de hombros, casi como diciendo que no importaba y que, al menos en ese preciso momento, estaba tratando de dormir.

Sin poder evitarlo, Will sintió cómo una cariñosa sonrisa escalaba a sus labios, mientras decidía regalarle a Nico al menos algo de descanso. Tratando de comunicarle al hijo de Hades que todo estaba bien y que él se encontraba a salvo, Will comenzó a acariciar el cabello de Nico, jugando con él de tal forma que primero enredaba un mechón de pelo alrededor en su índice y luego lo soltaba para volver a tomarlo.

Fue hasta después de un rato que Will se di cuenta de que ese pequeño gesto había cumplido su cometido, pues pronto Nico se encontró respirando más tranquilamente, hasta que se hubo dormido justo ahí, en mitad del bullicioso comedor del Campamento Mestizo.

Con una sonrisa que denotaba sincero cariño y sin detener sus menesteres, Will no pudo evitar rodar los ojos. En serio que era un idiota, siempre preocupado por semejantes fruslerías cuando Nico, tan directo y contundente, le demostraba siempre que no había necesidad de tal cosa.

¡Muy bien! Eso es el final del día uno, recuerden que esto estará por aquí hasta el próximo lunes así que, cuando menos, ¡tendremos mucho Solangelo para disfrutar! Los invito a buscar las otras historias que están siguiendo esta iniciativa y, por supuesto, ¡nos leemos mañana!

En otras noticias, lamento estarlo publicando tan tarde, pero estoy en época de exámenes porque, claro está, la suerte nunca está de mi lado. Sin embargo, no se preocupen, publicaré una historia diaria como todos los demás. ;)

Judías, accidentes y frusleríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora