Himno para el año 2130

Es el año 2130, un año en donde cualquier cosa podría suceder, planeada o no. Es el 26 de enero de este año y me encuentro en mi cama, leyendo un libro mientras los ruidos incesantes de la gran ciudad futurista tocan a mi ventana, como queriendo pasar e invitarme un té. Quien sabe que este leyendo, pero eso me distrae de la horrible sociedad en donde estoy situado. Es lectura fantástica, leerla te da libertad y a veces, cría en su regazo a personas dignas de vivir por siempre.

Alguien toca a mi puerta, parece urgente, como si alguien estuviera muriendo. Abrí mi puerta y pasan varios agentes del gobierno, se notaba por su vestimenta, les preguntó qué buscaban en mi departamento, y vaya error que cometí al decir eso, uno de ellos sacó un paralizador eléctrico y me electrocuto. Me dormí al instante y horas más tarde me desperté en una habitación de hierro con otras personas, parecían asustadas, como si algo fuera a pasar... algo malo. Golpeo la puerta muchas veces para que nos dejen salir, pero nadie contesta, como si no hubiera nadie. Me doy la vuelta y pregunto a los demás:

- ¿en dónde estamos? ¿Qué es este lugar?

- no sabemos, pero lo único que sabemos es que moriremos... muy rápidamente.

Me acuesto e intento obtener respuesta de alguien en este lugar, sin resultados. Un altavoz que había en el techo dijo lo siguiente:

- hola, veo que han despertado-

-¿quién eres? ¿Porque nos tienes aquí?-

- no me puedo permitir decirles mi nombre, pero no porque no pueda, sino porque no tengo ganas... y ¿porque los tengo ahí? fácil, ¡SERVIRÁN PARA MI NUEVO EXPERIMENTO! hahahahahaa-

- q- ¿qué experimento?-

De pronto unos sonidos de máquina empezaron a sonar y una puerta se abrió. Con miedo la observamos y un brazo mecánico agarró la pierna de uno de nosotros. después, la puerta se cerró y quedamos solos de vuelta. Empezamos a gritar, pero en vano, ya que nadie nos podía oír, una persona se puso a llorar y fui a consolarla. Después de eso colocaron dentro de la habitación un gas y nos durmieron.

Me despertó un crujido de huesos bastante fuerte, abrí los ojos y lo que vi me traumo. Otra persona más estaba siendo asesinada al lado mío. La sangre me salpicaba incesantemente mientras veía con horror. Mi cerebro quería cerrar los ojos para ya no ver esa horrible escena pero yo no podía, estaba paralizado del miedo y la sorpresa. Las demás personas estaban igual que yo, al no poder salir de esa escena horrenda. Después del asesinato volvimos a gritar pero no tan fuerte ya que nos faltaban fuerzas.

Al día siguiente pensé que habría otro homicidio inesperado al despertarme, pero no pasó nada, solo nos dieron comida y nos vigilaron por el resto del día, si no fuera inteligente diría que planean matarnos a todos o a la mayoría simultáneamente, dejándome solo a mí para su mejor muerte. Quise saber más, observando la habitación completa en busca de pistas que confirman mi teoría, pero no ocurrió nada fuera de lo "normal" por así decirlo. Comí y después dormí, pero siempre alerta, por si algo me llegara a pasar a mí o a las demás personas. (Aclaró que nunca pregunté el nombre de esas personas, no porque no quiera, porque no me interesa saberlo, además esas personas podrían morir en cualquier momento, quien sabe)

Me desperté, pero no encontré a nadie. No estaban las demás personas, no había sangre ni rastros, no había nada, solo estaba la habitación y yo solo. Me desespere y quise gritar pero no podía, no tenía voz de tanto gritar.

Solo me quedo en el vano intento de expresar mi miedo hasta que mi garganta sangre, sin poder lograrlo. Después de muchos intentos, me rendí. No quise seguir intentando, para seguir fallando. No quise comer y no pude dormir.

Estaba recostado en el piso cuando de pronto se abrió la puerta de golpe. Entró una persona con un cuchillo y empapada de sangre, con una sonrisa sacada de las peores pesadillas que una persona podría tener jamás. Quise correr pero no pude, no había comido durante 3 días por lo tanto me faltaban fuerzas para poder mover los brazos siquiera. La persona se me acercó con el cuchillo, y cuando me sentía débil...