Las crónicas de una criminal

5 de Febrero de 1980

Estúpido diario:
Se que hace mucho que no escribo...nada más y nada menos que casi un año... En fin... En este año ha dado mucho la vuelta a la tortilla... Digamos que no estoy libre pero no estoy en la cárcel...¿Cómo? Muy sencillo... Ya me comprenderás más adelante...tengo muchas cosas que contar así que espero que el boli no se me quede sin tinta...
Empezaré fuerte, Hans, aquel amigo al que fui a rescatar, murió...si si, murió con todas las letras. Un miserable preso le cogió manía ...pero no está manía que coges de pequeña porque te cae mal algún niño. No. El hombre lo mató simplemente porque era un ex toxicómano. En efecto. Se desenganchó de la droga. Bueno en teoría le desenganché. Me costó más que escaparme de la cárcel y ya es decir...
Sé que te estarás preguntando: bueno, y eso de estar dentro y fuera de la cárcel a la vez, ¿cómo es posible? Pues verás, este último año he salido y entrado de la cárcel como unas 20 veces en total. Ya no sé qué hacer ni dónde esconderme. Incluso me he planteado salir de la ciudad por un tiempo, pero tampoco se a donde ir.
Pensé en ir a California unos días pero no tengo vehículo para ir y si robo uno me pillarían enseguida porque soy, a día de hoy, la criminal más buscada en Nueva York. En definitiva, estoy entre la espada y la pared. Mañana será otro día, espero que distinto al día de hoy. Ya te contaré.

Hanna