1 de eneroUn primero de enero vi la primera estrella fugaz en toda mi vida. Hansol me explicó que el fenómeno se debía solo a que «Un científicamente llamado meteoro golpea la atmósfera de la tierra y se mueve tan rápido que se calienta y brilla», lo que mató mis ilusiones, pero intento compensarlo dejando que pidiera un deseo.
—En voz alta —había añadido.
Lo pensé. Pensé mientras veía mis pies colgando a metros del escaso césped que quedaba del pasado invierno.
Yo estaba sentado en una rama mas abajo que Hansol, pero eso no paraba el hecho de que estaba a casi cinco metros de la tierra y la seguridad.—Seungkwan, las estrellas se están moviendo y no escucho tu deseo.
Un deseo... Un deseo.
—Dicen que si lo pido en voz alta, no se cumplirá...
—¡Wow! —exclamó—, creí que yo era el experto en estrellas... Bueno, yo lo pediré por ti.
Sonreí y moví mi cabeza en asentimiento, dandole permiso de hablar.
—"Yo, como Seungkwan, deseo paz mundial..."
Recibió un golpe en el brazo por tan horrible imitación.
—"¡Deseo ser mas fuerte!"
Que idiota.
—"Deseo... Deseo que los chicos de ultimo año dejen de ver mi hermoso rostro como una punching-bag.
Dejé de sonreír.
Fue así como me di cuenta de que Hansol Vernon Chwe tenia dos ojos completamente útiles.
Solo quería ignorarlo, era lo mejor. Las heridas sanan con el tiempo, no si nos detenemos a urgir en ellas una y otra vez. Aquellos chicos de ultimo año eran solo una molesta herida.
—"Y deseo que Hansol, ese chico tan cool que esta a mi lado, nunca me deje..." —dijo por último—. Fin.
—¿Tienes que decir fin? —pregunté.
—¡Pues claro! De otra forma, nada de lo que dijiste anteriormente surgiría efecto.
Hansol era un tipo extraño.
Era como una gema escondida en una mina de carbón. En la escuela todos eran iguales, menos él. Hansol era todo un caso, todo un tema.—Eres raro.
—Lo sé —dijo neutro y luego añadió—, ¿De una mala manera?
—No...
Todas nuestras sesiones nocturnas de observar las estrellas concluían así. Yo me sorprendía por lo que sea que dijera él y luego un "eres raro" que se escapaba rebeldemente de mis pensamientos.
Para Hansol, las estrellas significaban mas que solo esferas en el cielo. Él decía que su madre y su hermana eran dos de las estrellas que se habían sumado al firmamento últimamente. (Las primeras veces que lo descubrí en la copa del árbol, también pude oír como mantenía una enredada conversación con las estrellas. Claro que él no lo sabia, y no se lo diría a pesar de sentirme infinitamente culpable)
Hansol nunca me hablaba de su padre, solo había mencionado que era un buen hombre y que le estaba enseñando a conducir.
No era mucho lo que sabía de la vida del misterioso Hansol, pero sentía como si me quedara muy poco por averiguar de él, como si él fuera un libro y yo estuviera leyendo sus últimos capítulos.
Nos habíamos conocido hace tres meses. Él llegó a la casa de al lado y la mañana siguiente a mí misma escuela. Tal vez fue porque no teníamos clases juntos que nunca le hablé. Sin embargo no me quejaba de haberlo conocido como lo había hecho; él había estado llorando y era mi tercera vez espiándolo. Mi encogido corazón me condujo hasta el tronco del árbol y desde ahí carraspeé para obtener la atención del rubio.
Cuando miré hacia arriba, creo haber resepcionado un par de sus lágrimas, aunque quizá era solo un recuerdo fantástico. Él nunca bajó y me vi obligado a subir, haciendo uso de todo el ingenio que poseía. Cuando estuve al frente de él, y vi que no reaccionaba, lo abracé.Así comenzó, y no ha parado en meses. Yo le esperó a las diez de la noche en punto, todos los días, para subir lo más cerca de la cima posible, y observar las estrellas, que aunque siempre se ven iguales, no paran de asombrarse, o quizá ese es Hansol, no lo sé.
Nunca lo veo en los recesos, creo que ni si quiera sale del salón, tal vez algún vez mencionó la razón.—Debes intentar defenderte —insistió en tocar el tema.
Ignorar la herida, ignorar la herida.
—No se si te has dado cuenta, pero a penas me puedo mi propio peso. Estoy algo obeso.
Él resopló y aunque no había mucha luz mas que la de la luna, le vi poner los ojos blancos.
—Patrañas, Seungkwan, tienes un cuerpo hermoso, recuerda eso. Ahora debo irme.
Saltó desde la rama superior –que ya era suya–, hasta la de mas abajo –que ya era mía—, y desde esa a una mas abajo, de donde se balanceo antes de caer al piso desde un metro de altura.
—¡Nos vemos mañana! —gritó antes de correr a su hogar.
Le decíamos "la casa de al lado" pero esta estaba como a 300 metros alejada de la mía. No habían muchas casas por estos sectores tampoco, algún par por cada kilometro, calculé.
Vi a Hansol correr hasta la puerta trasera de la casa donde él y su padre vivían.
Observe las estrellas una vez mas antes de bajar, el árbol realmente tenia la mejor vista nocturna, pero sin duda algún día de estos me fracturaría una extremidad intentando bajar.
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los observa estrellas; verkwan
FanfictionHansol es bastante peculiar y ama las estrellas, tiene una familia poco común y aunque resulta doloroso y complicado, Seungkwan se empeña en averiguar mas sobre él. El romance puede ser algo que los haga felices y también es un buen distractor. Los...