De este punto de la historia en adelante, haré modificaciones del cómo llevar la historia. Debido a múltiples sucesos y repasos, me he percatado que un resto de historia que no es necesaria y mucho menos atractiva para un lector, no se diga si mis lectores son mis alumnos eléctricos y tantito desesperados. Así que a partir de éste punto, más que escribir del día a día, tal si fuera un diario, lo haré en un enfoque atractivo para ellos, es decir un enfoque donde escriba sobre los sucesos (no privados) que me ocurrieron con ellos. Para mejor comprensión de lo que sigue, debo aclarar que soy un tipo que algunos llamarían "bocaguada", osease, que lo digo todo; lo que no saben, es que si alguien me pregunta algo que considero no afectará en sobremanera la reputación de alguien, yo habré de contestar con todo sinceridad a lo que se me pregunta, pero que si dijera todo lo que se, muchos alumnos habrían salido expulsados en ese momento... y muchos maestros despedidos. Dicho eso, podemos dar inicio a esta nueva etapa del escrito.
El primer suceso que me marcó, fue entre el joven Estefie y Cliff, en plena clase mientras escribía en el pizarrón, las bromas se subieron de tono y cuando giré para ver lo que ocurría, los jóvenes se estaban peleando a puño limpio. ¡Hey! Grité. O mejor dicho, creí haber gritado, no sabía hasta ese año y con los meses que mi tono de voz era muy bajo, por lo que probablemente ese grito jamás se escuchó, puesto que ellos continuaron peleando hasta que me metí entre ambos. Había sido alumno de ese colegio hace años, así que sabía que tras dicho suceso, tocaba ponerlos a pelear.
Pero siendo un maestro nuevo, no quería hacer nada sin el consentimiento de Azala, así que los llevé a dirección y los dejé allí por varios minutos hasta que Azala apareció, ella estuvo de acuerdo en que la pelea se llevara a cabo, sin embargo, los jóvenes acordaron no pelear, y viendo el tamaño y musculatura de Estefie, y agregando su pasado como boxeador, me pareció una decisión muy inteligente de parte de Cliff. Ya lo he dicho antes, hay que saber elegir sus peleas, y Cliff demostró saber utilizar dicha frase. Al final solo se acordó un acta oficial y un trabajo escrito como parte del castigo por pelearse. Ese suceso me hiso darme cuenta de la realidad que estaba sucediendo. Fue justo como Flint le dijo a Hopper en la película de Bichos. Si esos alumnos se dieran cuenta del poder que tienen al ser mayoría, los maestros estaríamos en problemas. Y a pesar de eso, hay algunos alumnos que lo han notado, pero que son en el fondo de carácter noble, puede que se deba a que después de todo, aún son niños fingiendo saber de la vida. Y eso es algo que no deberían perder completamente.
Conforme los días fueron transcurriendo me empecé a relacionar poco a poco con cada uno de los alumnos. La historia que dejé de tarea para evaluar los canales me mostró más que sólo sus canales, me mostró mucho de la forma como ellos piensan, y como ellos se sienten. Tal es el caso de Mía. El primer día de clases vi entrar a una jovencita muy hermosa. Tez blanca, al decir blanca es literal; cabello negro largo y liso, y una gargantilla, cuando recién la vi, aparte de parecerme súper bonita, me dio la impresión de una chica cyberpunk con ciertos aires a emo. Tras leer la historia de ella sobre los canales, me sentí sumamente preocupado por ella, pero no era de mi incumbencia, sin embargo, tras varios recreos en solitario en esa banca de la cancha pequeña, la primera persona en acercarse para tener una charla conmigo de persona a persona sin relación a alguna clase fue precisamente ella, Mía. En esos días ella no parecía tener deseos, o mejor dicho, no sabía cómo socializar con el resto de su clase, sin embargo tenía mucho que decir, y yo me sentí feliz de que ella se acercara a hablarme. Al siguiente día, yo les llevé una historia sobre mi vida. El capítulo 23 titulado "Depresión" de un libro que estoy escribiendo. En ese capítulo expongo como me enamoré, comprometí, y terminé con el primer amor de mi vida y en la depresión en la que caí, pero también el inicio de cómo salí de ese agujero. Y eso llamó la atención de Mía, quien no me lo decía, pero tenía muchas dudas de cómo había salido de ese agujero y cómo me fortalecí con los años. Supongo que en algún momento Mía leerá éste escrito, así que Mía, gracias por ser esa persona que me habló mientras yo la pasaba solito. Así como tú, yo estaba en la misma posición, pero ¿Quién quiere ser el amigo de un maestro canoso y barbudo? ¿Cómo podía acercarme a un jovencito y quitarle su tiempo con otros jóvenes? ¿Quién preferiría hablar con un maestro antes que con un jovencito guapo? Gracias por esa confianza. No sé si te fui de ayuda, pero tú si lo fuiste para mí.
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Crónicas de un Maestro Novato
RandomUn día decidí convertirme en profesor, y mi vida se llenó de novelas varias. Odio, amor, peleas, amistades, divisiones, sexo ilícito, drogas, fiestas, secretos, corrupción, dominación y algo de educación.