6.

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Mingyu no podía aguantar más. Su erección comenzaba a doler, necesitaba ser liberada, por lo que se mordía el labio con fuerza, dando a entender lo mucho que se estaba reprimiendo de actuar. Quería ver qué tan lejos llegaba Wonwoo por su cuenta, qué tanto lo deseaba, pero no esperaba lo que estaba a punto de pasar.

El castaño había liberado el miembro del moreno, sorprendiéndose al principio por su gran tamaño, pero luego comenzando a masturbarlo junto al suyo. Sí, ambos penes estaban en contacto ahora... Mingyu no resistió a llevar una de sus manos a jugar también, y al cabo de un rato, los dos estaban disfrutando intensamente de aquello. De vez en cuando sus labios se unían y sus lenguas buscaban desesperadamente encontrarse, hasta que un pequeño gemido de Wonwoo dio aviso de que su orgasmo había legado, manchando ambos abdómenes con su semen... El moreno sonrió y nuevamente Wonwoo se sintió avergonzado, él había acabado antes que Mingyu... Pero el otro chico no parecía disgustado, al contrario, parecía bastante contento por alguna razón.

El sonrojo se hizo notorio en las mejillas de Wonwoo. Ahora Mingyu estaba recogiendo con sus dedos algo del líquido que había en su abdomen para llevárselo a la boca. Lo había saboreado como si se tratara de un dulce, qué atrevido.

El mayor se vio sometido por su compañero en un movimiento que lo dejó nuevamente abajo, pero ésta vez de espaldas al cuerpo ajeno, cosa que de cierto modo asustaba a Wonwoo. Sería la primera vez que llegaría tan lejos con alguien en la cama, pero lo que no sabía es que también era la primera vez de Mingyu con un chico, aunque aquello no se notaba en lo absoluto. El más chico se encontraba bastante concentrado en su siguiente acción.

De pronto el mayor de los adolescentes pudo sentir un beso sobre su hombro, beso que en parte lo tranquilizó, preparándolo para lo que estaba por venir.

Mingyu aprovechó sus dedos previamente lubricados con su saliva para acariciar cuidadosamente la entrada anal de Wonwoo, quien se sintió temblar ligeramente ante el contacto desconocido para él en aquella zona. El moreno jugó un poco más con sus dedos antes de meter uno de ellos. Aunque estaba realmente necesitando entrar en Wonwoo, decidió ir con calma para no lastimarlo. Ya había hablado de esas cosas con su primo y sabía que el tamaño de un vampiro promedio era capaz de dañar a un hombre si no se tomaban ciertas precauciones.

Otro dedo más. Ahora eran dos los que se comenzaban a mover, jugueteando con las paredes internas del mayor quien contenía algún que otro gemido. Estaba claro que Wonwoo era virgen, la forma en la que su cuerpo reaccionaba tan solo a los dedos ajenos daba firme prueba de su inexperiencia, pero demonios, se sentía tan raro, tan bien.

El tercer dedo se hizo paso en su entrada y Wonwoo hizo una mueca de dolor, pero no se quejó, sabía que se acostumbraría, y no se equivocaba. Mingyu ahora acompañaba los movimientos con dulces besos en su espalda para que así se relajara y tuviera una experiencia mejor, cosa que conmovió al mayor. Cualquier otro no sería tan gentil con él.


El vampiro retiró sus dedos cuando consideró que era suficiente, pero aún no estaba convencido, quería saber si Wonwoo estaba listo.

– Wonnie, ¿Está bien si entro ya?

– Mingyu, joder, te quiero en mi ahora. –exclamó el castaño casi desesperado.

Mingyu sonrió de lado, ese era su Wonwoo, su demandante compañero aún en la desventaja.

El menor hizo caso, primero tomándolo por las caderas para que quedara de rodillas y sosteniéndose con las manos en la cama. De esa forma sería más fácil y cómodo para ambos. En cuanto el trasero del castaño se elevó un poco, tuvo contacto pleno con el miembro erecto del más alto, quien aprovechó para frotar la punta un par de veces contra su entrada antes de comenzar a penetrarlo con cuidado.

Sangre Dulce. -Meanie-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora