Mel (CANCELADA)

Capítulo 3

Habían pasado cinco días desde mi reconciliación con James.

Me encontraba haciendo mis maletas, ya que pronto no iríamos.

Mi teléfono suena, así que reviso quién es la persona que me ha llamado.

Johana.

—¡Hola!—Me saludó con ánimos.

—Oa—Saludé como lo hacen los niños de 1 año.

—Te quietos decir algo, pero se me había olvidado—Soltó una pequeña risa nerviosa.

—¿Que pasa?—Pregunté con curiosidad.

—Harías una excelente pareja con Peter—Soltó.

—¡Por supuesto que no!—Negué.

—¿Por que no?—Ni le dejó contestar—Además...

—Al el le gusta Ana—La interrumpí.

—Puede que si—De detuvo un momento—Pero ellos casi no hablan, ¡Y tú vas en su salón!

—De todas formas, ni me gustaría—Le corté la inspiración—Hace unos días me dejó de gustar James y Noel, se vería mal que me gustara Peter; además, Peter está fuera de mi alcance.

—Piénsalo—Rió—Te dejaré dormir, mañana hablamos; ¡Que te vaya bien en el campamento!

—Hablamos mañana—Sonreí—Te quiero.

Me recosté en mi cama, y caí profundamente dimitida.

Pasaron varias horas, hasta que llegó el momento de despertarme; eran las 4:47, y tenía 3 llamadas de Lily.

No le tomé tanta importancia.

Me había metido a bañar, pero me dicha sé vio amenizada, ya que el timbre había sonado, eso significaba una cosa, Lily había venido.

—¡Abre la puerta, mamá!—Le grité desde la ducha.

Escuché el sonido de la puerta al abrirse y cerrares, posteriormente sonreí aliviada.

Escuché pisadas dirigiéndose a mi baño.

Lily abrió la puerta.

—¡AH!—Grité—¡Sal! ¡Fuera!

Ella cerró la puerta rápidamente.

—¡Listo!—Gritó desde afuera.

Había terminado de bañarme, y me coloqué mi ropa interior; con eso salí del baño.

Eran aproximadamente las cinco am.

Había frío, por lo cual, opté por una blusa blanca con mangas largas, la cual era cubierta por mi sudadera color negro; llevaba unos jeans; y unos tenis grises.

Me peine el cabello. Y así finalizó mi rutina de cada mañana.

Lily...era Lily.

Ella llevaba unos jeans rotos, con una blusa negra, con mangas largas, y tenis negros; siempre se ha vestido simple.

—¡Apúrate!—Me regañó Lily— ¡Es tarde!.

Bajamos las escaleras.

Pasamos frente a la sala, y observamos dos siluetas masculinas.