18

63 9 7
                                    

Desde que Max y yo somos novios—ha pasado un mes—no nos separamos para nada, supongo que eso es lo que hacen todos los novios, al principio de la relación. En la preparatoria no había que explicar nada, parece que todo él mundo lo asumió al vernos juntos en la fiesta. Alexys no me habla desde la fiesta.

Gracias a Dios, ya han acabado todos los exámenes de la prepatoria. Y han entregado las calificaciones, nos fue bastante bien a ambos. Y aun no le he dicho a Max, que como es verano voy a buscar trabajo.

Estoy acostada en la cama, mirando él techo.

—Laura, te llama él idiota de Max—me grita Ernesto.

Rápidamente contesto él teléfono de mi habitación.

—Joder, dejala respirar—dice Ernesto, celoso.

—Si supieras las veces en las que la hago perder la respiración y las que le pienso hacer—dice Max, provocativo.

Antes de que Ernesto explote, decido intervenir.

—Hola, Max.

—Hola, mi reina.

Ernesto bufa, y cierra él teléfono.

—Dijiste que vendrías hoy.

—Lo siento, no podré ir. Tengo que ir a visitar a la abuela.

—Ah. Nunca me habías dicho que tenías una abuela.

—Pues ella no es una abuela común... No me hace comidas, no teje, no va a la iglesia y no hace nada de lo que tradicionalmente hace una abuela, y ella me odia.

—¿Quién podría odiarte?

—Por esa razón no quiero ir donde ella, puedo acostumbrarme a todo tipo de cumplidos, si vienen de ti.

Sonrío, y recuerdo que no puede verme.

—Yo los haré, encantada.

—Y hablando de hacer, deberías hacerme un hijo.

Me atraganto y enmudezco. Max, se ríe.

—Laura, era dibujarme uno.

—Oh. Está bien.

—De verdad no quiero ir donde la abuela. Es un infierno.

—No, seguro que no lo es.

—Deberías de comprobarlo por ti misma.

—Si.

—¿O sea que si quieres ir?

—¿Me estabas invitando, indirectamente?

—Si—dice rápidamente—Te paso a recoger en una hora, por cierto mis padres no van. Y recuerda, no será divertido.

Suelto una carcajada.

—Deberia de ir a bañarme—Max, suelta un gemido—¿qué pasa?

—Eres realmente cruel,  sabes que cuando hablas de bañarte, te imagino haciéndolo. Y joder, estoy en abstinencia.

—Yo... Ah... Entonces me voy.

Le encanta ponerme nerviosa.

—Okay, Te quiero.

—Yo, también.

—¿También te quieres o también me quieres?

—También me quiero.

—Oh.

—También,te quiero.

—Eso está mejor. Mejor ve a bañarte. Lo qué daría yo por acompañarte.

Fácil pero complicadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora