Capítulo I

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Eran casi las nueve de la mañana, los pájaros ya llevaban un buen rato cantando afuera de la ventana de Ángela, quien tardó unos cuantos minutos en levantarse de su cama, que ya a estas alturas estaba hecha un "nido de patos" como solía decir su madre.

— ¿Hija, vas a querer té o café? — preguntó su madre desde la cocina

—Té...—respondió Ángela con la voz pastosa, voz que hacía juego con su semblante que delataba lo poco que había dormido, producto de la ansiedad

Hoy sabría si la Universidad de Corea había aceptado su admisión para la carrera de periodismo y comunicaciones, es por ello que la noche anterior no había podido ni siquiera contar un par de ovejas. Ángela sentía la presión sobre si, no es que sus padres fueran muy exigentes con ella, pero si llegaba a ser admitida en la carrera, tenía la posibilidad de ser la primera profesional en la familia y así llenar de orgullo a quienes tanto se han esforzado por ella.

— ¿Ya has revisado el correo?—inquirió su madre mientras vertía el agua desde el termo a la taza

—Claro, acabo de levantarme—soltó en un tono sarcástico, al cual la mujer ya estaba acostumbrada, por lo que sonrió

—Pequeña, con esos celulares que usan ustedes, no me extrañaría que se pongan al día con el correo antes de levantarse— justificó

La muchacha rodó sus ojos.

—No es line mamá, es el correo

—Bueno, bueno, ¡pero revisa ya! estoy ansiosa, además de graduarte, en una de esas conoces a un coreano guapo—comentó, ganándose un codazo de parte de su hija

—Mamá, ya sabes que después de lo último que me pasó, ya no me quiero involucrar en ese tipo de cosas

—Nunca debes cerrarte ante las posibilidades, no todos los chicos son malos, además solo era una broma, tranquila

Ángela suspiró

— ¿Y si no quedé? ¿Qué voy a hacer?—inquirió echándose a morir

—No puedes decir eso antes de tiempo, ¡vamos!

Entonces la joven tomó el celular que acompañaba a su taza de té y tragó grueso al ver la notificación de la universidad en la pantalla. No evitó pegar un grito de emoción al saber que su solicitud había sido aceptada, para luego empezar a brincar por el cuarto.

— ¡Me han aceptado, me han aceptado!—exclamaba la castaña al aire

Su madre dejó caer varias lágrimas de orgullo abrazó a su hija cuando esta ya se había calmado un poco.

—Estoy tan orgullosa de ti, pero te irás tan lejos...—murmuró mientras el abrazo se intensificaba.

—Prometo escribirte todas las semanas, conseguiré algún empleo y vendré los veranos

—Con tu padre trataremos de ayudarte, prefiero que no tengas un horario tan sobrecargado

Ángela se iría varios kilómetros lejos de su hogar en Hong Kong, lugar en el que nació su madre, Katherine Wang. Su boleto de ida estaba fijado para el mes siguiente. Durante el transcurso de aquellas semanas, Ángela comenzó a alistar todas las cosas que necesitaba, después de todo, se iría de casa y ella no era del tipo de persona que esperaba hasta el último minuto para empezar a hacer las cosas.

Finalmente llegó el día de partir rumbo a Corea del Sur. Como se trataba de  un país que había visitado un par de veces, solo conocía la mayor parte de este por fotos y vídeos de internet, por lo que coordinó los horarios con su primo que residía allá para que la fuera a recoger al aeropuerto.

Luz, cámara..¡Acción! ❧ J. JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora