Holocausto

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Capítulo 17- “Holocausto”

Salgo a correr como todos los días desde hace una semana, desde que por culpa de Marcelo no pude hacer que Aliys se quede en Poseidón. Todos corren en el campo de entrenamiento, pero a mí me gusta correr solo, así que voy por el camino que atraviesa el cementerio de Poseidón, un lugar tranquilo donde están los cuerpos de los “Héroes que se sacrificaron por un mañana mejor”.

-         Doctor Dillarue?- Le pregunto al hombre que está sentado al lado de la tumba de Ernesto, se voltea hacia mí, si es él- Que hace usted aquí, y sin seguridad, puede ser peligroso

-         No, dentro de Poseidón todos me aprecian, además los únicos que quieren matarme son mis hijos- me responde con una triste sonrisa- Si tan solo lo entendieran

-         Pero no lo hacen- dice una voz detrás de nosotros, el Sargento Ventura- Y es por eso que construyó la MacMemor, para que lo entiendan- trata de animarlo

Ahora sé que esa es la maquina en la que me metieron, aunque en ese momento puse resistencia ahora me doy cuenta que fue lo mejor. Estaba atado a mis prejuicios, a tanta sensibilidad!!! aspectos que me hacían débil y no me permitían darme cuenta de la cruda realidad, el mundo no necesita a chiquillos amables y débiles protegiendo a todo aquel que encuentren a su paso, eso fue hace mucho tiempo, ahora lo que se necesitan son líderes capaces de tomar decisiones difíciles.

Cuan equivocado estuve cuando por conseguir la medicina de Lucy perdi a Katrina, cambie una buena soldado por una niña que solo daba problemas!!! y es que no se puede salvar a todos.

El mundo estaba al borde del desastre antes de los Jockies, un problema que tantas personas tomaban a la ligera y no se daban cuenta de que cada vez crecía más y más…superpoblación, los recursos ya comenzaban a escasear y la población no dejaba de crecer, la única preocupada por esto fue la Doctora Priet, la madre de Zeltzin, pero murió demasiado joven  y no puedo hacer nada para solucionar este problema, así que todo recayó sobre su joven esposo, el doctor Dillarue, él único que podía salvarnos del holocausto total.

Los Jockies, esa fue su solución, solo con ellos la población descendió un 50% en solo seis años, ahora comenzaba la segunda parte del plan, hacer megaciudades controladas y bien instruidas para que nunca más volvamos a tener ese problema. La tercera parte seria aún más sencilla, una vez puesto todo en orden solo se tendría que acabar con los jockies, eso se haría mediante la expansión de un virus destructivo que solo les afecte a ellos, aunque piensan dejar algunos sueltos fuera de las ciudades…las personas que tiene miedo, son las más fáciles de controlar.

-         Si mi padre les hubiera apoyado, ya lo habrían logrado- no puedo evitar sentirme algo enojado contra el hombre que me creó y cuidó.

-         Tu padre fue un gran hombre muchacho, es solo que no todos están dispuestos a cargar con esta enorme responsabilidad- dice el mirando la tumba de Ernesto- El amigo de mis hijos…Una vida más que tenemos que sacrificar por el bien común

-         “El fin justifica los medios”

-         Si…Esa es la frase que me repito todos los días- me mira con ojos cansados- Bueno, dentro de dos horas tendremos una reunión en el que comunicare que he decidido, espero que estés presente.

Mira triste hacia la tumba y se va, el general Ventura va detrás de él…

Siento que alguien toca la puerta de mi habitación obligándome a apurar mi ducha.

-         Ya voy!!!- anuncio envolviéndome parte de mi cuerpo con una toalla- abro la puerta

-         Hola cariño, ya estás de buenas?- me pregunta Mandy apoyándose en el marco de la pared, lleva su traje especial, un traje que se ciñe perfectamente a su contorneado cuerpo.

AliysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora