Era la octava vez que relamía mis labios en el último minuto, miraba mis uñas con insatisfacción para luego llevarlas al tabique de mi nariz y pasearlas por ahí un par de veces, era casi el final de mi quinta clase del día, la universidad se hacía cada vez más pesada para mí, no tanto por la carga académica en sí, sino por la poca precaución que había tenido al organizar mis materias dejándome con casi tres días de jornadas supremamente extensas; movía mi pie derecho para un lado y para el otro esperando el preciado "Buen día" de parte del maestro, a estas alturas ni lo que escribía era coherente.
— Buen Día — pronuncio pausadamente el bohemio profesor
— Al fin.
Suspire aliviada mientras recogía la laptop (siendo esto lo único que mantenía sobre mi escritorio), agarre el bolso y escape del aula como alma que lleva el diablo.
Mi primera parada luego de salir del campus seria recoger a Ann. Ann y yo somos amigas desde el instituto salvo que ella es un grado menor, lo que quiere decir que se encuentra terminando el instituto en este momento, mientras yo curso la universidad. Caminaba exasperada por los pasillos de la facultad, estaba segura de que me veía realmente irritada en el momento.
— ¡Hey! — Pare en seco gracias a que el pelinegro se atravesó en mi camino, exhale pesadamente y trate de adoptar una mejor postura para responderle.
— Hola — Respondí perezosamente, mi voz se sentía pesada en relación al tono tan brillante que él había utilizado para llamar mi atención.
— Gajes de la primera semana — Torció su sonrisa — ¿Vas para el instituto? Voy a recoger a Jaehyun.
— Me has salvado Chittaphon — Dije para comenzar a caminar a su lado.
El instituto quedaba a unas cuantas calles de nuestra universidad, fácilmente pude haber caminado hasta allí, salvo que este no era mi día y lo más seguro era que si Ten no se atravesaba sorpresivamente en mi camino hubiera llamado un taxi. Me baje del auto y respire el aroma fresco de los pinos de la entrada del instituto, observe la fachada, mantenía las mismas grietas de siempre, bufe y me recosté en el auto.
— Deja de fruncir el ceño — me limite a sonreírle fingidamente mientras se recostaba a mi lado.
— Ha sido un día largo.
— Pásate en la tarde si tienes tiempo — Uso de nuevo ese tono brillante que rozaba con lo infantil.
— Tal vez, adelantare trabajo en la tarde y te llamo si me queda tiempo — me guiño y se dirigió a el par de chicos que venían a lo lejos, camine detrás de él y me acerque a mi amiga.
Jaehyun y Ten se saludaban animadamente, mientras mi pequeña amiga admiraba pasmada la belleza de su mayor. Yo trataba de leer su expresión imperturbable, se veía tan fascinada. Camine hacia el auto de Ten y tome mi bolso, desde aquí solo hacía falta una calle para llegar a mi casa, caminaría, volví con el grupo y tome el brazo de Ann.
— Gracias por traerme — Le sonreí ampliamente a Ten, mientras saludaba con la cabeza a Jaehyun.
— Piensa en lo que te dije — Dijo jalando a Jaehyun al auto.
— ¡Te llamo en la tarde! — Exclame y comencé a Jalar a mi amiga en dirección contraria
— ¿Qué tienes que pensar? — Pregunto Ann de la nada una vez nos habíamos alejado del instituto.
— Son días duros y ese chico loco pretende relajarme a la fuerza — Bufe
— ¿Van a salir? — pregunto, por el tono que utilizo, sabía que esperaba recibir una respuesta obvia.
— Tal vez, no estoy en la mejor parte del semestre como para ponerme a salir por ahí — respondí sin mucha importancia.
— ¿Es enserio? Hansol te ha vuelto tan ciega, ya quisiera yo que Ten me ofreciera algo así — La mire de reojo.
Gire la llave, ya había dejado a Ann en su casa y había caminado unos tres minutos más hasta la mía, abrí la puerta y empecé a dejar mis cosas esparcidas en el recibidor.
— Llegas tarde — Unas manos se posaron en mi cintura
— ¡¿Qué haces aquí?! — exclame sobresaltada viendo su reflejo por el espejo del recibidor, veía la coronilla de su cabeza ya que sus labios se encontraban sobre mi hombro, levanto la mirada y me sonrió de medio lado.
— Supuse que mi almuerzo no llegaría hoy... — Dijo soltándome y cruzándose de brazos, aun lo observaba por el espejo — Así que vine a tu casa y tu madre muy amable me lo dio — Negué y me voltee para mirarlo.
— Lo olvide — Hice una mueca, el negó
— Esta bien — Paso una mano por mi cabello — Ya me voy.
— Suerte Hansolie — Pose mis labios sobre su mejilla mientras el agarraba su chaqueta, asintió con una sonrisa para luego salir.
Entre lo que había hecho en la mañana y lo que me encontraba haciendo ahora en la tarde no había mucha diferencia, mismas materias, mismos trabajos. Suspire cansada, revolcando mi cabello con desesperación, me extendí en la cama como si fuera una estrella de mar y cerré los ojos por un instante, moví mi cabeza de un lado para otro dejándola reposar al final del lado izquierdo. Ahí estaba mi teléfono, al borde de la cama, me senté y lo tome entre mis manos.
Debería... Pensé mientras golpeaba mis pulgares sobre la pantalla aun apagada del teléfono, de la nada, esta se encendió dejándome ver la notificación:
Ten:
¿Estas viniendo? 18:03 PM.
Mordí mi labio, y apague la pantalla.
El teléfono vibro sobre el escritorio, me senté de golpe ciñendo los cobertores foráneos a mi cuerpo, tire la cabeza hacia atrás tomando el teléfono con mi mano derecha, mire la pantalla, suspire, eran las 11:30 de la noche, sin más rodeos conteste.
— ¿Te desperté? — Su voz sonaba susurrada, me imagina la escena, tal vez acababa de llegar a casa de sus su padres y sostenía sus zapatos en la mano mientras daba pasos cortos para llegar a su habitación en el tercer piso de la casa.
— ¿Acabas de llegar del trabajo? — Mi voz salió ronca
— Aja — se le escapo una risilla — Pero no quiero pasar una noche de viernes aquí, sé que tienes clase mañana, pero... ¿No quieres salir? Te llevare a comer.
Sentí movimiento atrás mío.
— Me parece, sabes te llamo en una hora para que vengas por mí, date una ducha — Le dije a Hansol mientras me masajeaba las cienes con la otra mano. Luego de una corta despedida por su parte colgué el teléfono.
— ¿Ya tengo que devolverte? — La voz de Ten sonaba irritada. Voltee a mirarlo estaba cruzado de piernas y mantenía una almohada en su regazo, sobre esta la sabana. Su espalda estaba ligeramente curvada y sus ojos me observaban por detrás de los mechones de cabello.
— Se acabó la hora del juego— Le dije mientras devolvía todas las prendas de ropa a su lugar original, agacho la cabeza; una vez vestida me senté a su lado y pase mi mano por su rostro, intente plantarle un beso pero se negó. — Te veo mañana entonces — me levante de su cama, lo mire por última vez antes de cerrar la puerta.
Holiwilly, últimamente andaba con ganas de escribir pero no sabía qué y andaba con NCT a toda entonces esto salió, ojala les guste, esto me lo pensé mucho, es una historia muy corta bueno ya
¡Bye!
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Alright |NCT| [Mini Fanfic]
Fanfiction«- ¿Ya tengo que devolverte? » «- Se acabó la hora del juego»