Cartas para un ángel /A.V/

Alan.

Las lágrimas corrían por mis mejillas, no las podía controlar. Una tras otra caían sin césar.

Mis manos temblaban, eso explicaba el teléfono tirado en el suelo de mi habitación.

Me acerque a la pared, dejé mi cuerpo deslizarse en esta.

Mi cabeza daba vueltas, aún no asimilaba las palabras que había escuchado en la llamada de hace unos minutos:

— Alonso... Alonso acaba de fallecer en el hospital, _____.— Se me formó un nudo en la garganta, esto no puede ser posible. Esto debe ser una broma de mal gusto, algo típico de parte de Jos.

— Jos, dime que esto es una broma.— Hubo silencio de su parte.— Vamos, Jos. Esto no puede ser real, ya deja tus juegos y dime que esto es una mentira.— Sentí mis ojos arder. — En la tarde se encontraba bien Alonso.—Le dije con sinceridad, Jos seguía sin hablar. — Hasta tú oíste como el doctor dijo que, al paso que iba, saldría muy pronto del hospital.— Mencioné con voz temblorosa.

—_____, yo, yo... Yo lo siento mucho, en serio.— Jos hablo después de tanto tiempo con voz entrecortada. Sabía que en cualquier momento lloraría al igual que yo.

Desde ese momento empecé a respirar rápidamente y con mucha desesperación, estaba apunto de entrar en pánico, cuando un recuerdo apareció en mi cabeza.

*Flashback*

— Yo creo que escribír es una muy buena forma de liberar la mente y el alma.— Hablo Alan llamando la atención de todos en la mesa.

— ¿Por qué crees eso Alan?— Preguntó Freddy con curiosidad.

— Bueno, a veces solo basta con un lapicero y una hoja, para expresar lo que uno siente.— Freddy lo miro confundido.

— ¿Tú lo haces Alan?

— Pues aquí entre nos, sí. — Sonrió.— Lo hago cuando me siento triste, angustiado, nervioso o con miedo, hasta en algunas ocasiones, enamorado. — Guiño el ojo.

— Yo igual lo hago. — Dijo Alonso mientras pasaba su brazo sobre mi hombro.— Es satisfactorio, te llena de paz y tranquilidad una vez hecho.— Habló el castaño con voz calmada.— ¿Tú que piensas, linda? — Me miró con sus preciosos ojos ¿azules?, ¿verdes?  o ¿azules verdosos?

— No lo sé. — Me encogí de hombros. Él me brindo un beso en la frente.

*Fin del flashback*

Sin dudarlo, busque un lápiz y un papel.

— Alonso, diría que ahora te has convertido en un ángel.— Hice una pausa.—Pero tú, aún estando en la tierra, ya eras un ángel para mí.— Hablé en voz alta pensando en él. A pesar de que me encontraba sola en la habitación.

Estreche fuertemente la libreta contra mi pecho, como si fuera algo valioso y no lo quisiera dejar por nada del mundo.

Y sí, próximamente sería eso: Una libreta muy importante.

— Te escribiré cartas, mi ángel.

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Espero que les guste mucho esta novela. ❤