Stockholm syndrome || L.S

III

La alarma sonó probablemente demasiado temprano, Louis decidió ignorarla y se dispuso a seguir durmiendo pero todo en su interior dolió. Era su Omega, claro, el maldito Harry tuvo que usar la voz en él y ahora estaba obligado a cumplir con lo que el alfa le exigía. 

Se levantó con pocas horas de sueño reflejadas en sus grandes ojeras y decidió tomar una ducha para despertarse. Se puso un pantalón deportivo a juego con un buzo, ambos en tonos grises. Mientras desayunaba comenzó a odiar al alfa, quien era su jefe, y a odiarse a si mismo por su sumisión ante la voz, ahora él tenía que pasar el día entero fuera de su hogar metido en la casa de una familia de narcotraficantes.
Mientras tomaba un rápido café, de pronto, se sorprendió a si mismo pensando en el olor del alfa. ¿Qué estaba mal con él?
Unos fuertes golpes retumbaron en la puerta del departamento de Louis y supo que era Liam, tomó sus llaves, teléfono y auriculares y decidió salir. Un gran auto negro con vidrios totalmente polarizados lo esperaba, si intentaban no levantar sospechas estaban logrando todo lo contrario.

 -Hola Louis soy Liam y seré el encargado de recogerte por la mañana y traerte a casa al anochecer. Éste tendió una mano hacia Louis la cual el omega apretó cordialmente. Liam parecía un alfa duro, serio y muy dedicado a su trabajo pero al mismo tiempo pudo notar que era una persona muy gentil.

Liam puso una mano en la espalda del omega guiándolo hacia el vehículo y abrió la puerta del mismo para que Louis ingrese.
El alfa no habla en todo el camino y eso pone algo incómodo a Louis

-Oye Liam, mmh, si intentas no levantar sospechas creo que sería mejor traer otro coche. Louis espetó cuando Liam estacionó frente a un enorme portón el cual el omega cree que es la entrada a la casa de los Styles.

-Esta bien lo consultaré con Harry, gracias.

Liam puso el vehículo en movimiento otra vez y el silencio reinó nuevamente.

Louis fue escoltado por Liam hacia la gran entrada de la casa, era simplemente increíble y eso que el omega sólo había observado el exterior de ésta. Las puertas se abrieron y el alfa obligó a Louis a entrar. Louis de verdad esperaba una gran mansión llena de excentricidades. El gran vestíbulo -el doble de grande que el departamento de Louis- estaba decorado perfectamente de una forma muy elegante, las paredes blancas inmaculadas estaban repletas de grandes obras de arte en tonos vibrantes –jarrones en colores llamativos, algunas esculturas extrañas y grandes lámparas colgaban del techo- todo esto hacia del gran vestíbulo un lugar muy agradable pero con cierto toque de arrogancia y buen gusto.
En el medio del gran salón, se hallaban unas escaleras impresionantes y allí se encontraba Harry, quien al parecer esperaba por Louis. Estaba serio, como siempre y su olor era un poco más duro que la última vez que lo vio. El alfa tenía unos pantalones negros ajustados y al final de sus largas y curvadas piernas (que por cierto Louis no había apreciado la primera y última vez que se habían visto) adornando sus pies se encontraban unas botas de gamuza marrón en punta que estilizaban espectacularmente el cuerpo de Harry. En su pecho yacía holgada y libre una hermosa camisa de gasa negra con un detalle particular en el bolsillo: tenia bordado en blanco la palabra Styles, así es, la camisa llevaba el apellido del alfa y Louis por un momento creyó que era un poco engreído de su parte pero debía reconocer que sabia llevarla muy bien.
De repente todos los pensamientos del omega se vieron interrumpidos por esa voz grave y dura que recordaba muy bien.

-Veo que llegaste correctamente y a horario, felicidades. El alfa sonreía duramente. "Hipócrita" pensaba Louis, al usar la voz Harry se aseguró de que Louis esté allí aunque este no quisiera hacerlo. 

-Asi es señor, aquí estoy. "Como si tuviera otra opción" pensó el omega.

-Muy bien, tengo muchos asuntos que atender así que vamos, voy a mostrarte la casa y decirte qué tienes que hacer.