Un nuevo cambio de hogar, le trae a Ryder nuevas historias a su vida. Los sobres de color rojo finalmente se han acabado, pero la amenaza para Ryder sigue estando en papel y lapiz.
Blake Waiting está en la Universidad, alejado de su Padre y lo...
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Delicadamente y tratando de no ensuciar, dejo caer un poco de alcohol en un pañuelo blanco que acabo de encontrar, tomo asiento en la cama y comienzo a limpiar las heridas de su rostro, Blake suelta un gemido cuando el alcohol hace contacto con la sangre, pero una vez que su mejilla queda limpia, él sonríe. Aprovecho aquel momento, y paso de inmediato el trozo de tela por su mentón, dejándolo igual de limpio que su mejilla.
– ¡Diablos, me duele! – exclama Blake, yo suelto una carcajada cuando veo su pequeño sufrimiento. Ambos estamos sentados en la gran cama que tiene la cabaña de verano. Es nuestro tercer día de vacaciones, pero hoy no ha salido todo bien como planeábamos.
– Te dije que era una mala idea – le regaño.
– Tú lo haces parecer fácil, pensé que no sería tan difícil.
– Y solo por eso, terminaste en el suelo – Blake ríe avergonzado mientras baja la mirada. Hoy estábamos caminando por la ciudad (lejos de mi casa, ya que no estamos en la misma ciudad) y Blake tuvo la brillante idea de comenzar a usar Skate, ¿El problema? Es que solo se subió en mi skate y comenzó a aumentar la velocidad con su pie derecho, pero para eso se necesita un poco de práctica, al menos para saber mantener el equilibrio. Fue cosa de esperar, para ver a Blake volando por el suelo, cayendo en la acera, y ahora tenerlo al frente de mí, con varias heridas en el rostro y en su brazo izquierdo – Ya terminé – le digo, dejando de lado la tela y el alcohol desinfectante.
– Ven aquí entonces – Me pongo de pie, pero Blake me toma el brazo y me lanza encima de él.
– ¿Qué quieres? – Pregunto con sarcasmo – Tengo hambre.
– Pues estoy aquí – Responde con naturalidad, acercando sus labios a mi oído y susurrando lentamente – Cómeme a mí.
– No puedo comer cosas con grasas, tengo una dieta especial – bromeo, Blake finge estar enojado, y me lanza a un lado de la cama. Él se pone de pie y comienza a buscar su billetera y las llaves de la cabaña – ¿Dónde vas?
– ¿No dijiste que tenías hambre? – Pregunta con una voz fría, aun fingiendo estar enojado – Espérame, ya regreso – Blake no me deja decirle nada, él sale de la cabaña y cierra la puerta, me quedo a solas allí, creyendo que de verdad está enojado conmigo. Entonces nuevamente la puerta se mueve, le veo una sonrisa traviesa en el rostro cuando aparece – Era mentira, quiero que me acompañes.
