Mi propiedad

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Ella estará al caer..., como la lluvia que empapa mi cabello revuelto. No tardará mucho... Watari me dijo que llegaría antes que yo, así que debería estar más que preocupado...
-L... -Yo corro desesperadamente a sus brazos-. Mi amor...
¿Por qué ha tardado tanto? Esto ya empezaba a oler a Yagami...
-Por qué has tardado...
-No, la pregunta es ¡cómo se te ocurre abandonar el caso! Kira está acabando con criminales e inocentes y ahora a ti se te ocurre ¿«morirte»? -No respondo. Pero todo esto tiene un fin, yo no acabaré con Yagami, Light, Kira, como sea... No he podido resolver el caso, los de la Casa de Wammy tendrán que recoger el testigo-. ¡Responde! -ella exclama.
-No hagas ruido, aquí no estás a salvo.

Llegamos al refugio ilocalizable que nos preparó Watari. Ella se quita la chaqueta y la cuelga en el perchero que no utilizo. Nos dirigimos a lo que denomino: el salón.
Ella se sienta y dice:
-Esto no es muy espacioso.
-Para mí es suficiente...
-¿Y bien, señorito Lawliet?
-Por qué me has esperado tanto...
-¿Acaso no es obvio?
-No. -Ella gruñe.
-¿Y tú? ¿Me has esperado el poco tiempo que tenías para pensar en mí?
-Si no, tú no estarías reunida conmigo.
-¿Ahora esto es una reunión? -Cruza los brazos.
-Estás un poco alterada...
-Mi... tú, has «muerto» y se ha anunciado por la televisión. ¡Cómo quieres que esté!
-Pero estoy aquí...
-Y cómo me he sentido cuando lo vi...
-Watari debió avisarte, pero nos dimos cuenta de que podría ser un error.
-Vale, entonces ¿qué pasó para que fingieras tu muerte, eh?
-Lo intuí. El shinigami Rem iba a...
-¿Shinigami? ¿Existen?
-Sí... Yo... me quedé de piedra.
-El gran L se queda de piedra, esto es nuevo. -Me encojo de hombros.
-Tengo frío, ¿me abrazas?
-Eres idiota, Lawliet... -Me abraza.
El hipotético frío que inventé desaparece, y junto a él se va la tensión que había entre nosotros por completo en aquel abrazo sofocante para mí; frío para ella.
-¿Qué pasará a partir de ahora? -ella pregunta.
-Tendré que hacer mi vida más alejado del mundo, pero a tu lado preferentemente. -Ella se sonroja.
-Ambos tendremos que hacer nuestra vida alejados del mundo, porque yo voy a permanecer a tu lado.
-Y yo al tuyo... -suspiro-. ¿Por qué has tardado? No me he olvidado...
-No quería levantar sospechas, así que fui andando con no tanta prisa.
-Entiendo... -entrecierro los ojos.
-¿Acaso no me crees?
-No he llegado a donde estoy creyendo todo lo que me dicen...
-Muerto. -No respondo al instante, pero sé qué responder.
-Y libre.
-No, libre no, porque eres mío...
-Y tú... eres mía... -sonrío levemente-, mi propiedad.
Toda la desconfianza que albergaba en mí respecto a su justificación desaparece cuando ella se abalanza sobre mí, dejándome inmóvil bajo su figura escultural.

La noche se nos hizo eterna, la lujuria se apoderó de nosotros por primera vez. Una de muchas veces, porque siendo sincero: me encantó...
La observo detenidamente frente a su mejilla.
-Me perteneces...
El teléfono empezó a sonar: era Watari. Quiere reunirse con nosotros, pero no ha dicho cuándo, ni dónde. Mientras tanto, intentaré compensar el tiempo que he perdido sin ella, persiguiendo a un dios perdido.

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