cuatro

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volví a sentir ese mismo frío desgarrador, solamente que ahora era potente, más fuerte que yo incluso. estaba mirando cómo mi quinta y última pareja sostenía una vela. se encontraba llorando. él, al contrario de las otras parejas, lucía mal, triste, solitario, ligeramente demacrado y con unas ojeras más notorias que el Sol en verano.

quería acercarme, pero algo me impedía tocarlo y, con desesperación de querer hacerlo, susurré un descuidado «wonnie». el mencionado se sorprendió y como era de esperarse, asustado visualizó toda su alcoba con lágrimas en los ojos. la cera caliente de la bujía acarició por mí la piel de la persona que solía ser mi hombre, éste aún más asustado, dejó caer sin lástima la vela. con desespero la buscó torpemente en la oscuridad, yo lo veía. rendido, prende el interruptor, haciéndome desaparecer.

o eso quería. 

too late + meanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora