-¡Lola cuidado! -grito desesperada ya que por poco y atropella a un anciano.
-Samy(él) y tú se besaron y quieres que pretenda que nada ha ocurrido, ¿estás demente?
-No quiero que pretendas que nada ha ocurrido, pero tampoco quiero que vayas matando al primero que se te cruza.
Empieza a respirar lento, apaciguándose y coge el volante con las dos manos. Nos dirigimos a la universidad y se me ocurrió la brillante idea de contarle con lujo de detalles lo que ocurrió a media noche entre Samo y yo.
-¡Se lo bajaste, se lo bajaste!
-¿Baje qué cosa?
-Le bajaste el novio a esa zorra ¡ayyy! Qué emoción creí que este día nunca llegaría.
Río por los disparates que dice mi amiga, río por lo que pasó con él y río porque estoy feliz, quiero que Samo la deje pronto y se decida a estar conmigo.
-Terminaré con ella. -comento.
-¿Terminarás? -pregunta confundida.
-Eso dijo él. -respondo emocionada.
-¡¡Aaaaaaaaaah!! Y te pedirá que seas su novia y serán felices y tendrán hijitos y yo seré la madrina y...
-No te adelantes Lola. -la interrumpo y finjo no estar igual de emocionada.
Escuchamos una canción de 30 seconds to mars en la radio y recuerdo las cartas, la emoción me tenía con amnesia.
-Olvidé contarte que llegó otra carta para ti.
-Samy... ya deja de decir que esas cartas son para mí. -dice fastidiada como si en el fondo también creyera que son para ella.
-Te llamas Dolores y en los poemas "dolor" es la palabra que más se repite, para mí tiene sentido. -sostengo mis argumentos como toda una investigadora profesional.
-Estoy convencida de que es una broma, el otro día rechacé a un chico y seguro quiere darme "mi merecido" si en todo caso son para mí, como tú dices.
Si fuera la primera cosa rara que nos pasa estaría 100% de acuerdo con ella, pero hay factores que refutan su teoría con fuerza. Están: el tipo que nos miraba por la ventana, el que toca la puerta como si se tratase de un tambor, el morboso del baño, el que nos perseguía en la lluvia -pasos pesados- y si pongo mis neuronas en funcionamiento, todo puede ser obra de una misma persona, el de las cartas y con eso tenemos buenas razones para asustarnos.
Busco las palabras correctas para explicarle a Lola la seriedad del asunto pero hay alguien que nos espera en el parqueadero: Samo, su hermosa sonrisa y sorpresivo recibimiento borra todo de mi mente.
-Buenos días, señoritas.
-¡Hola guapooo! -saluda Lola con una sonrisa que grita a los cuatro vientos que le conté todo. Esta mujer no sabe disimular.
-Hola. -mi saludo suena tímido, nada propio de mí, supongo que estoy nerviosa por él.
Lola empieza a decir un poco de excusas inventadas para dejarnos solos, yo solo sonrío, él se da cuenta de todo y se ríe mirando el suelo.
-Chao Lolita. -él se despide prácticamente de la espalda de mi amiga, pues salió corriendo para dejarnos solos.
Caminamos hacia la entrada de la U, es la primera vez que me quedo sin nada bueno que contarle, creo que es raro esto de pasar de amigos a algo más.
-Hoy... la cité en la cafetería antes de clases, hablaré con ella y le pediré tiempo.
Tiempo. ¿solo tiempo?
-Oook. -digo desencantada.
-Yo no puedo simplemente dejarla, entiéndeme tenemos algo fuerte.
-Ayer no lo parecía.
-Lo sé, escucha Samy... No olvido lo que pasó, te dije que terminaría con ella y lo haré, pero no quiero romperle el corazón ella no lo merece, es muy buena.
Pongo los ojos en blanco y sin decir una palabra me voy a clases, comprendo sus intenciones, el problema es que Carla no es buena. ¡Es una zorra! Aunque si lo pienso mejor la quita novios aquí soy yo. ¿Quién es realmente la zorra?
El tiempo en la universidad es bipolar, a veces va lento como una tortuga y otras veces vuela tan rápido que me aturdo de lo pronto que se va.
Hoy decidí sentarme sola en el lado menos concurrido de la cafetería, necesito pensar. Samo es mi amigo, me gusta desde que lo conocí, le encanta coquetear con cualquier chica que conoce, incluso con Lola... ¿podría yo soportar eso? Es acaso correcto dejar una gran amistad por algo que tal vez no funcione, después de todo confío tanto en él y le he contado tanto sobre mí... me tendría en sus manos, todo está a su favor.
Todo se se vuelve obscuro.
-¿Quién es? -grito austada, alguien acaba de taparme los ojos y estaba metida en mis pensamientos, me ha tomado por sorpresa.
-Adivina... -un susurro masculino golpea mi oreja.
-¿Mr. Smith? -digo estupefacta y automáticamente las manos liberan mis ojos.
-¿Cómo que Mr. Smith? -Samo se pone frente a mí y me mira confundido.
-¡¡¡SAMOOOO!!! -grito emocionada y lo abrazo por el cuello, riéndome de la tontería que acabo de decir, todo lo que había reflexionado se fue al carajo, la molestia que sentí por la mañana también; lo tengo en frente y mis neuronas colapsan, lo amo, lo amo, lo amo!!!
-¿Qué sucede? -lo oigo decir confundido aún pero ahora riéndose también.
Me doy cuenta de la graciosa escena que acabo de montar frente a mis compañeros, lo suelto de golpe y doy tres pasos hacia atrás. Ok, me encanta, no lo puedo negar pero tampoco tengo que ser tan obvia.
-Eh... bueno. -murma también nervioso.
-¿Hablaste con ella? -cambio de tema pronto para que olvide que lo confundí con un profesor.
-¡Sí! -su rostro crea una gran sonrisa y en mí ocurre lo mismo- Le pedí tiempo pero ella dijo que era mejor terminar, se me hizo raro pero lo dejé ahí, porque debe ser el destino.
Solté un mini grito, nos abrazamos y comimos juntos, sentados y sin un tema específico de conversación, no podíamos dejar de reir por cualquier estupidez que decíamos. Siento que he recuperado su amistad pero ahora en combo, porque es mío en todo sentido.
- - -
Por hoy las clases terminaron, ya estoy camino a casa con Lola y aquí es donde puedo pensar bien, lejos de Samo.
Él causa un extraño efecto en mí, literalmente, mis pupilas se dilatan, caigo en una repentina euforia, me surgen pensamientos filosóficos acerca del amor y nuestro destino juntos, Samo es como un hongo alucinógeno que funciona exclusivemente entre él y yo...no puedo concentrarme en otra cosa que no sea su perfecta sonrisa, su intensa mirada, su cabello claro, sus manos... Cada parte de su cuerpo y su personalidad crean un complot en mi contra, en ese momento no sé quien soy.
¿Así es el verdadero amor? me asusta...
-¡Samy! -Lola me dice en voz baja y sus ojos brillan más que nunca.
-Dime. -respondo aún distraída.
-Cuéntamelo todo.
-Está bien...
- - -
Se lo conté todo, como siempre y parece que sin explicarle con detalle lo rara y feliz que me siento, al final lo entiende mejor que yo. Se queda en silencio una vez concluido mi relato de amor y enciende la radio, pasa por varias emisoras y se queda en una. Suena la versión acústica de la canción "Dejo de ser mía" de Nikki Mackliff y la escuchamos completa.
-Tu canción. -me dice y sonríe.
Le devuelvo la sonrisa y me pregunto: ¿Cómo lo supo?
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Sugar, baby
Mistero / ThrillerLos asesinos en serie existen en la vida real y eso lo entiendes solo cuando empiezas a ser parte de su juego. Amor, desprecio, deseos de asesinarte. ¿Qué siente por ti?