dos mundos distintos

¡Bruno desgraciado!

Andrés había despertado de aquel sueño en dónde había sido arrestado, al menos se había desahogado, hasta que cayó en cuenta que seguía viviendo en ese horrible departamento y que tenía que ir a la universidad, ir a trabajar, llegar  a casa a terminar sus trabajos, ver a su hermano Bruno y hablar con el de su día, pues de lo contrario no lo dejaría dormir en toda la noche.
Siguió su rutina al pie de la letra, se levantó de su colchón, extendió las sabanas, se alistó, miró el reloj de la pared, cuando cayó en cuenta de la hora que era, y él con sus calmas, ya no desayunó, corrió hacia la universidad.
¡Por eso Bruno no estaba en casa!, ni siquiera se había tomado la molestia de despertarlo.
Al final, Andrés llegó tarde, lo que el pobre no se imaginaba que ese era el principio de una serie de eventos desafortunados:
Cuando terminaron las clases, se dirigió directo a su trabajo, no quería fallar en eso también. Todo  iba de maravilla, tenía muchos clientes ese día, era un buen viernes, desgraciadamente, se equivocó y le cobró demás a un cliente, y el mismo se quejó con el gerente, éste lo estuvo regañando, inclusive le gritó, más pareciera que estaba desquitándose con él, ya quería echarlo, por suerte no lo hizo, sin embargo, siguió regañandolo todo el día.
En su departamento , después de ese pesado día en el trabajo, sólo se ducharía y se iría directo a dormir, que lástima que Bruno hizo un desastre, al parecer quería lavar los platos con una manguera, pero terminó mojando casi todo el apartamento y también a él, llegó a casa y así fue recibido.
Andrés ya quería llorar.
-Andrés, perdón, no te vi, déjame apagar esto...-
-¡¿qué te ocurre?!-
Andrés tenía la voz temblorosa, estaba muy molesto y triste a la vez, se sentía desdichado...
-ya hombre, no es para tanto, igual yo voy a secarlo, no te-
Fue interrumpido por Andrés que ya estaba llorando.
-¡¿qué no me preocupe!?, tu siempre tienes que hacer estas cosas, ¡lo arruinas todo!, ¡inclusive mojaste mi cama!, ¿dónde voy a dormir ahora  Bruno?, ¿dónde?, te parece gracioso, yo sólo quería llegar a dormir y tú me haces esto, ¿ te crees muy gracioso?-
-no te enojes, planeaba secarlo, ya tranquilizate, lo siento, voy a arreglarlo.
-¡no lo vas a hacer!, ¡tu nunca arreglas tus desastres y termino haciéndolo todo yo!.
-perdón, por lo menos dejame buscar una toalla para ti.
Y en eso, Bruno fue a buscar una toalla, cuando finalmente la encontró, se la extendió a Andrés, quien estaba sentado en el sofá mojado, pero él se la tiró al suelo groseramente, se dirigió al diminuto y estrecho baño para poder ducharse.
Ese día terminó durmiendo en su cama recubierta de una bolsa de plástico, sin sábanas, pues estaban mojadas y con un Bruno durmiendo en el ya seco suelo, sin sábanas igualmente.

Esa noche no pudo dormir temprano Andrés.