Nadie quiere a una chica insegura. Nadie te quiere. ¿Por qué te iban a querer?
Eres el eco de una carcajada que ya no tiene sentido. Eres un montón de palabras que no dicen absolutamente nada. Eres una patera hundida en un mar de lágrimas. Eres altiva, eres soberbia, eres prepotente y eres frágil.
Huyes del espejo, de las críticas, de la realidad, de lo sencillo. Huyes de los cánones, de las comparaciones, de lo superfluo y de lo superficial. Huyes también de la utopía, de lo desconocido, de ti misma, de la lógica. Huyes.
Lloras cuando no quieres y cuando no te quieren. Lloras cuando quieres y no puedes. Lloras cuando puedes, aunque no quieras. Lloras palabras encima de un papel cuando tratas de entenderte, de quererte, y no lo consigues.
Te olvidaste del presente mientras recordabas el pasado. Te olvidaste de quererte mientras intentabas que te amasen. No sabías que seguía girando y te caíste. Te caíste y te olvidaste de que nadie te iba a ayudar a levantarte.
Nadie quiere a alguien que no se quiere. Nadie quiere a alguien que se culpa. Nadie quiere a alguien que no se entiende. Nadie quiere a alguien que no tiene solución. Nadie quiere a una chica insegura, nadie me quiere, ¿por qué me iban a querer?
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Insomnios azules.
Non-FictionInsignificantes relatos que aparecen en mi mente azul durante largas noches de insomnio, tardes con olor a café y mañanas en las que yo sueño despierta y mi profesora habla de su vida.