Tic-tac...
Las agujas del reloj se movían a un ritmo constante, mi mirada las perseguía como si temiera que fueran a salir de mi campo de vista.
Tic-tac...
El sonido que provocaban con sus movimientos constantes repiqueteaba contra mis tímpanos, centrando toda mi atención en el pequeño reloj rojo que sostenía en mis manos.
Tic-tac...
Una vez mi madre me dijo que el tiempo se lleva el dolor como una ráfaga de viento, dejando un rastro de nostalgia y cariño tras él. Mi problema era que aunque centrara toda mi atención en el tiempo, el sufrimiento seguía amontonándose en mi mente. Pero ella, la chica de mis ojos, se había "ido", sin ni siquiera quitar el olor de su perfume de mi ropa.
Tic-tac...
Las lágrimas se agolpaban en mis ojos con tan solo recordar el sonido de sus risas, aunque las pequeñas agujas del reloj me devolvían al mundo real, sin dejar que mi mente vagara por mis recuerdos en busca de las sonrisas que ella me había dedicado.
Tic-tac...
Si pudiera volver atrás, si pudiera evitar el momento en el que le dije lo que sentía, las lágrimas no hubieran caído sobre mis mejillas, quemándome la piel como el ácido. En aquel pequeño reloj rojo se encontraba mi salvación; conforme las agujas se movían, sentía como si el nudo que apretaba mi alma se aflojara poco a poco, dejando paso a un alivio que duraba unos pocos segundos, hasta que su imagen volvía a proyectarse en mi mente y mi mundo se resquebrajaba de nuevo.
Tic-tac...
Su cabello negro era como una cascada que caía a ambos lados de su cabeza hasta justo debajo del pecho, recalcando la delgada figura de su cuello. Nunca había estado a la suficiente distancia de su rostro para fijarme en el color de sus ojos, aunque sí que sabía que tenían un brillo fortísimo de seguridad en sí misma. Su mandíbula angulosa le daba un aspecto de madurez y sus muecas me hacían reír a todas horas, aunque yo ya sabía que, detrás de esa máscara de locura típica de una chica de catorce años, se encontraba una chica dulce y comprensiva, capaz de hacerte olvidar todo lo que te rodeaba con tan solo una mirada.
Tic-tac...
Y es que en realidad ella no se había ido, ella seguía a mi lado comportándose como si no hubiera pasado nada, tal y como me había prometido. Seguía riéndose a todas horas, seguía conversando conmigo de cosas que nos gustaban a las dos y seguía dándome sus cálidos abrazos, pero yo me sentía vacía. Y es que estoy estropeada, casi tanto como mi viejo y roto reloj.
Tic-tac...
Por lo que sé, las personas reaccionan de maneras diferentes cuando les rompen el corazón; algunas hacen actividades que les ayuden a olvidar, otras buscan consuelo en el alcohol, otras se hacen daño físicamente y otras lloran durante días hasta que vuelven a hacer cosas normales. ¿Y yo? La verdad es que no me catalogaría en ninguno de los cuatro "tipos" de personas, una vez una chica me dijo que catalogarse llevaba a la gente a la monotonía de la sociedad. Yo me sentía como una excepción, ya que sentarte a mirar un reloj durante horas no lo considero una actividad, tampoco bebo alcohol, ni me hago daño físicamente, ni lloro como si mis ojos fueran manantiales.
Simplemente espero a que las cosas se vuelvan mejores.Quisiera volver atrás en el tiempo, cambiar la memoria de mi viejo reloj. Quizás podría cambiar también su opinión sobre mí, quizás podría hacer algo al respecto sobre mis pensamientos.
Que pena, ya he apagado el reloj.
***
Escribir esto ha sido muy duro para mí, pero sentía que necesitaba compartir mis pensamientos con vosotrxs.
Sé que a la mayoría le importa una mierda lo que pasa por mi cabeza, pero aun así gracias por haberlo leído❤
(Por si alguien tiene curiosidad, os pongo una foto del reloj rojo c:)
Adiós♡
ESTÁS LEYENDO
Memories Of An Old Clock
RomanceY es que estoy estropeada, casi tanto como mi viejo y roto reloj. *** Este único capítulo está basado en una historia real. De hecho, es parte de mi historia. *** Gracias a @-peterick por la portada, además de apoyarme en mis malos momentos ❤