Cada día, a las 07:00, la hora habitual a la que los habitantes del Reino de los Cubiertos se levantaban para ir a trabajar, se emitía una grabación en la radio pública del día en que Spoone se zafó de los guardias que la oprimían y consiguió demostrar a humanos y cubiertos que era algo más que la clase explotada. Cada día desde hacía dos semanas, en la televisión no paraban de realizar especiales contando la biografía de la reina y de su ascenso al poder, así como documentales históricos que retrataban a Corte como un ser despreciable, con ideas racistas y discriminatorias.
En los informativos no se hablaba de otra cosa que no fuera sobre las medidas que Fork, rey de los tenedores y ahora general de las fuerzas de defensa del reino, había adoptado para repeler el ataque de los cuchillos. "Tenemos mayor experiencia que ellos y nuestro ejército está más preparado que el suyo", decía Fork todos los días cuando le preguntaban en cualquier entrevista.
Pero no todo era del gusto de Spoone, que había impulsado todas estas medidas como modo de recordar que se estaba luchando por una causa justa. Algunas cadenas privadas realizaban tertulias en las que algunos politólogos, tanto tenedores como cucharas e incluso los cuchillos más liberales que no habían seguido a su líder y habían decidido quedarse en el Reino de los Cubiertos, hablaban de la pobre actuación de Spoone para evitar el confrontamiento. Algunos incluso exigían un cambio de gobernante, ignorando las instrucciones de los humanos que habían nombrado a Spoone como reina irremplazable.
La soberana del Reino de los Cubiertos era consciente de la situación, y pensó en censurar estos programas que ponían en peligro la integridad de su pueblo, pero comprendió que eso desataría aún más el descontento hacía ella. Finalmente, decidió incrementar la propaganda militar: el mensaje de las 07:00 ahora se emitiría cada dos horas, y aprobó una ley que permitiera a las cucharas alistarse al ejército, hasta ahora solo disponible para los tenedores. La población debía entender por qué se estaba luchando.
En la calle, dos bandos: aquellos que defendían la patria y homenajeaban a Spoone, cuyo objetivo era demostrar que la principal amenaza del Reino de los Cubiertos era el inminente ataque de los cuchillos; en el otro lado, aquellos que creían que Spoone había fracasado en las negociaciones y que eran tiempos de cambio, aún desobedeciendo lo dictaminado por los humanos. Cada grupo, con sus respectivos líderes, salían a las calles a manifestar sus ideas, a veces acabando en enfrentamientos entre ellos en los que las fuerzas del orden tenían que acabar interviniendo, normalmente y de forma sutil a favor del grupo que apoyaba a la reina.
La tensión entre habitantes había aparecido en la calle con el mero aviso de un mensajero en nombre de Corte, demostrando la fragilidad de la sociedad en la que vivían los cubiertos.
