Propuesta Indecente de Halloween

~Capítulo único~

—Hazlo... lo prometiste —dijo Nick con un tono seductor y burlón.

   —No Nick... ¡yo nunca accedí a esto en primer lugar! —respondió molesta Judy.

   —Claro que sí, fue una apuesta que aceptaste y perdiste, así que, sé una buena zanahoria y cumple con tu parte del trato.

   —¡El trato era ponerme este ridículo disfraz y ya lo hice! No pienses que voy a hacer... eso... —musitó la conejita con algo de pena.

   —Nada de eso, Pelusa; el trato incluía todo, ya deja de hacerte la desentendida, pero primero, sal de una maldita vez para que pueda ver... ¡ulala! —dijo el zorro pícaramente— ¡Fiu, fiu! —silbó.

   Judy salió disfrazada de un coqueto y sexy traje de conejita, era un leotardo negro, un cuello de camisa blanco usando un moño negro, unas medias de red que cubrían sus tonificadas piernas y unos puños de camisa blancos; sus orejas y rabo daban naturalmente el aspecto de una hermosa coneja. El zorro se deleitaba las pupilas con el ajustado traje que denotaba la curvilínea figura de la chica, la coneja sólo lo veía molesta y muy avergonzada.

   —¡Deja de verme como un pervertido!

   —Jo, jo señorita —dijo con un acento extranjero—, usted me ofende, no soy más que un noble justiciero enmascarado.

   —¿Y quién se supone que eres tú? ¿Tuxedo Mask?

   —¡Ah vamos! ¡Soy el Zorro! ¿Entiendes?

   Nick portaba ropas negras, una camisa de manga larga, pantalones, guantes, una capa, un sombrero de copa y un antifaz del mismo color y cargaba una espada de esgrima en su cintura.

   —Bueno Zanahorias, entre más rápido lo hagas, más rápido te desharás de ese disfraz.

   —¡Pero no quiero hacerlo! —suplicó la chica— Por favor Nick, olvidemos lo de la apuesta, ¿sí?

   —Vamos, ¿pero por qué no quieres? No me digas que nunca lo habías hecho...

   —¡Claro que sí! —dijo claramente ofendida— Todo el mundo lo hace... pero, ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez —dijo la coneja apenada.

   —Ahí lo tienes, entonces no te costará trabajo volverlo a hacer, ¿a qué le temes?

   —¡Esto no se debe hacer, es inmoral, indecente, indecoroso, ¡y menos con este disfraz! De sólo imaginarlo... ¡Dulces galletas con queso! Por favor, te lo ruego Nick no me hagas hacerlo.

   —¿Inmoral? Jaja, Zanahorias dramática, no vamos a hacer nada así, deja de exagerar y sobrepensarlo, ¡te va a gustar!

   —¡NICK! —gritó furiosa y avergonzada a la vez.

   —Uy, que carácter, pero igual lo vas a hacer, ¿no vas a romper tu promesa o sí?

   —Pero...

   —¡Pero nada! Respira hondo, levanta esas lindas orejitas, guárdate tus complejos y en marcha.

***

   —¿Así? —preguntó con duda Judy.

   —Seeeeeeeeh —asintió Nick.

   —¿Arriba o abajo?

   —¡Por todos los cielos Zanahorias! ¡Abre los ojos y...!

   —Nick, en serio, no puedo me voy a morir de vergüenza y...

   —¡Suficiente! ¡Si no lo vas a hacer tú lo haré yo!

   —¡Espera! No Nick, no lo hagas, te lo suplico... ¡No!