Los días lluviosos

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Para @Du_jassocon amor

Salí,  estaba lloviendo,  no me dí cuenta, mi primera reacción  fue cubrirme, iba a entrar en la casa por una sombrilla,  o una chamarra, pero tenía mucha prisa; inmediatamente que había salido estaba llovisnando y con el paso de los cortos segundos las gotas se llenaban más de agua hasta llegar a ser gotas gordas y al caer en mi piel hacían un sonido como el que hacen dos manos al chocar,  los truenos comenzaron a oírse y, mi perro que se encontraba al lado mio chilló.

Entonces la primera gota de agua, pura y dulce cayó en mis labios, después cayó otra en mis ojos y comenzaron a caer más gotas sobre mi rostro, saqué un poco la lengua y saboree  la gota que habia caído sobre mis labios, era dulce, era salada, sabía a pureza y a paz, era una sensación muy reconfortante  y placentera.

Mi fiel compañero volvió  a emitir ese sonido de sufrimiento casi con timidez , al volverme para verle caí  en la cuenta de que parecía un trapeador sucio, metía la cola entre las patas temblaba, aunque no sabría decir si lo hacía por miedo o de frío. Me compadecí de el , así que decidí meterlo a la casa. Obedientemente , y casi con alivio se dejó  secar y se acomodó  en un rincón del vestíbulo,  le susurré  una despedida momentánea y el me dedicó  una mirada suplicante.

Me alejé  de ahí,  sin voltear a ver esa mirada que se escondía entre aquella maraña de pelo blanco y cuando al fin llegué  a la  puerta, antes de girar la chapa  me despoje de la gabardina que llevaba y solo después de asegurarme que no habría nada que impidiera el contacto de la mayor parte de mi piel con la lluvia , salí,  conservando la ligera playera de manga corta que llevaba encima.

Afuera los truenos seguían  y las gotas aún estaban muy cargadas de agua;algunas personas pasaron frente a mi,  corriendo, con sombrillas, o cubiertas con las capuchas  de sus ropas y volteaban  a verme como si estuviera loca. Las gotas que caían en mi piel eran tan frescas,  tan húmedas,  dulces, ácidas y saladas al mismo tiempo, comenzando a caer por todos lados  sobre mi piel en mis ojos, en la frente, en las mejillas, en los labios, en el cuello , en los brazos. Unos labios dulces, invisibles e intangibles recorrían mi piel, eran los labios de la naturaleza, sentia  aquello en con cada poro, con cada nervio de mi cuerpo mientras cerraba mis ojos.

Sentí el frío,  mi piel húmeda, levanté  el rostro hacia  el cielo y me quedé  ahí hasta que la lluvia cesó. Escuché los pasos de más personas que pasaron frente a mi y que seguramente creyeron que estaba loca,  pero no me moví  de ahí hasta que dejé  de sentir el agua  sobre mi piel. Solo entonces ces caí  en la cuenta de que casi me congelaba, mi ropa chorreaba y el frio ahogaba mis pulmones.

Así como no olvidare aquella sensación jamás,  tampoco  olvidé   la gripa que contraje, resultado de las largas y placenteras horas bajo la lluvia, pero nada nunca a partir de ese día me impidió  sentir los besos líquidos del cielo  en mi piel.

Minutos En Blanco Y NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora