Capítulo 2: "No me lo creo"

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El frío hace que tome el cobertor con más fuerza hasta el punto de cubrir completamente mi rostro, pues amo sentir el calor apoderarse de mi cuerpo en los días fríos. Aún con los ojos cerrados, se perfectamente que ya es una mañana nublada, así que en la comodidad de mi cama, extiendo mis piernas y brazos, sabiendo que es momento de levantarme. Sin embargo, me mantengo firme porque un dolor se hace presente en mi cabeza y brazo izquierdo.

Entonces recuerdo todo con una rapidez abismal.

Tres de la mañana.

Un delincuente.

Me desmayé en plena confusión.

Salto de la cama como si me hubiese picado un insecto y corro hacia la puerta de mi habitación sin pensar en otra cosa que la sala. No me atrevo a abrirla y revisar si esa persona sigue adentro.

¿Había dicho que era de la A.E.A.I. o simplemente lo imaginé por la conmoción que sufrí?

Quizá ha robado mis cosas y ya se ha marchado, o quizá se ha aprovechado completamente de mí mientras estaba inconsciente.

Oh dios.

Me fijo mis ropas, y noto que todavía tengo mi pijama, no hay señales de nada fuera de lo común y el alma me vuelve al cuerpo, así que me preocupo por lo material de nuevo. Abro lentamente la puerta sin hacer ruido y miro en el umbral.

-¿Por qué te levantas tan temprano? Es molesto –murmura una voz ronca y masculina.

Que por cierto también me resulta familiar...

No proviene de la sala, sino dentro de mi propia habitación, donde acabo de despertar en este mismo momento.

Sí, ahora mismo.

De puro impulso cierro la puerta nuevamente, lo cual es completamente estúpido porque estaría encerrándome con este tipo dentro de mi cuarto una vez más, sin embargo me volteo hacia mi cama pegando la espalda contra la madera fría de la puerta.

El chico está recostado en mi cama, con el cabello revuelto y mirada risueña.

¿Estaba durmiendo conmigo? No puede ser, no hay chance de algo así.

Tendría que haber notado que tenía a un chico guapísimo al lado mío, ¿tan solterona soy que mi radar no funciona?

En mi defensa, jamás hubiese imaginado que estaría en mi misma cama, así que no me preocupé en revisar si tenía a alguien a mi lado.

Da igual, comienzo a gritar otra vez.

-¿Te han dicho que eres muy quisquillosa?

Se levanta molesto, acomodando su chaqueta. Sigue vestido igual que anoche, tan así que ni siquiera se ha quitado los zapatos.

-¿Q-Quién eres? Vete de mi departamento.

-Ya te lo dije, mi nombre es Zarek y trabajo en la A.E.A.I.

-Eso no puede ser, jamás di mi dirección así que no hay forma de que hayas conseguido venir hasta aquí.

-¿En qué siglo vives? ¿Olvidas que hay rastreos satelitales a los llamados?

-Pero hemos colgado antes de completar el formulario.

-Generalmente, cuando se dan todos los datos excepto la dirección, se supone que fue porque se ha producido una interrupción en la llamada y se consigue la dirección mediante GPS. Es una modestia que se toma la asociación para evitar molestar al nuevo cliente.

A.E.A.I. [Asociación Que Encuentra Tu Amor Ideal] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora