Siempre hay un momento cuando te sientes sola, que no tienes a nadie a tu lado pero... ¿Qué pasaría si el chico malo te hace ver que nunca más estarás sola?
Entré a la habitación de Key y por unos momentos quedé en shock, una pequeña luz iluminaba la habitación haciendo que algo sobre la cama brillará.
Me acerqué muy despacio y me encontré con mi vestido, el que traje de mi casa cuando Jonghyun me envío ese mensaje, junto a éste se encontraban mis tacones de aguja que hacían juego con mi vestido y al borde de la cama una caja mediana.
Acaricie la tapa con delicadeza y mordiendome el labio inferior la abrí.
-Oh Dios mío... - pude decir apenas cuando miré lo que estaba dentro de la caja.
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Con cuidado levanté la hermosa lencería y vi como caía un pequeño papel. Lo levanté y comencé a leerlo.
"Hola hermosa.
Espero que te guste todo lo que ese dinosaurio imbécil está preparando para ti pero déjame decirte que este regalo yo mismo lo preparé. Algo así como un regalo doble porque estoy seguro que cuando te vea usando esto a ese perro estúpido se le caerá la baba. Que tengas una noche mágica.
Con amor Key"
No estaba segura si agradecerle o matar a Key cuando lo vea. Salí de mi trance y miré el reloj, 6:58, debo apresurarme si quiero estar lista a la hora acordada.
Entre al baño y me encontré con todas mis cosas de aseo personal; incluso estaba mi toalla de baño. Me desnude y dejé caer el agua sobre mi. Lave mi cabello y seguido de eso mi cuerpo.
Al estar segura de limpiar todo mi cuerpo salí de la ducha y me envolví en una toalla y otra en mi cabello. No tenía ni idea de donde comenzar. Me sentía tan nerviosa que hasta mis manos temblaban.
Respiré profundo y me calmé; comencé con ponerme la ropa interior; era de mi talla, me preguntó como habrá sabido Key sobre eso.
Negué repetidas veces con la cabeza y continúe con mi labor. Seguí con el maquillaje, algo ligero, después mi cabello, una cola de lado sujeta con un pasador me parecía lo mejor.
Seguí con ponerme el vestido, escuché como tocaban la puerta y miré el reloj, 8:00 en punto y aún me faltaban los zapatos.
-¡Espera unos segundos! - le grité a mi cita. Una pequeña risa atravesó la puerta.
Me apuré en ponerme los tacones y me miré al espejo. Es lo mejor que me he visto en toda mi vida; jamás me había arreglado tanto y eso que estoy sencilla.
Respiré tres veces seguidas y procedí a abrir la puerta de la habitación. Un hermoso y apuesto joven me esperaba al otro lado; con esa deslumbrante sonrisa y vestido en un elegante traje.
Lo miré sorprendida, sin creer que él sea mi novio. Su risa me hizo reaccionar y darme cuenta que lo estaba mirando fijamente.
