P.O.V Isabella
Trabajo.
La única palabra que se encuentra en mi cabeza, necesito un bendito trabajo.
Había sido despedida esta misma mañana, no estaba nada feliz. Necesitaba ese dinero, aunque no fuese casi nada.
Maldito trabajo de niñera.
Malditos niños.
No me malinterpreten, amo a los niños. Pero a esos engendros en específico los odiaba mas que a la misma Marcie Millar, y eso era mucho, demasiado.
Seguía caminando por las calles de Italia. Concentrada en mis pensamientos, no savia a donde estaba yendo, solo savia que necesitaba trabajo.
Pare en una de mis cafeterías preferidas, abrí la puerta y entré, el sonido de una campana se hizo presente.
Me senté en una de las mesas y espere a que tomaran mi orden.
- ¡Isabella!- Escuche que alguien me llamaba, gire mi cabeza en dirección a la puerta y vi a la señora Bertone.
- Rosella - le respondí.
- Hola mi niña - Se acerco q mi y apretó mis mejillas - ¿Lo mismo de siempre? - Pregunto refiriéndose a mi orden.
- Lo mismo de siempre - Asegure.
Necesitaba un café con leche y canela.
•••••
Salí de la cafetería luego de haber pagado por mi café. Tome mi celular, el cual se encontraba en mi bolsillo trasero, y le mande un mensaje a mamá.
"No me esperes, llegare tarde. Te amo"
Bloqueé el celular y lo guarde en mi bolsillo. Tome un sorbo de mi café, delicioso.
Seguí caminando. El sonido de las bocinas de los autos, los pájaros cantando, el sol pegando directamente en mi cara.
Caliente.
¿Caliente?
Mire mi pecho, estaba totalmente mojado. Delante mío, un hombre malhumorado.
¿Y mi café?
Apenas había llegado a probarlo y ya se encontraba en la camisa de ese hombre.
Mierda.
- Lo siento - Dije yo, comenzando a recoger los papeles que se le había caído en el momento en el que chocamos. Él imito mis movimientos y se agacho junto a mi para juntar sus papeles.
Continuábamos recogiendo los papeles. Accidentalmente su mano fue a parar exactamente en el mismo papel que yo había colocado la mía.
O genial, una escena cliché. Quizás este hombre de bellos ojos grises seria el protagonista de mi historia.
Pero no. Lo arruinó. Cago totalmente mi momento cliché en el cual nuestras miradas conectaban y a continuación nos besábamos.
Eso no paso.
Solo vi como sus labios se movían diciéndome algo, yo estaba perdida en mis pensamientos, hací que no había escuchado lo que él había dicho.
- ¿Disculpa?- Dije. Él río sarcástico.
- Además de tener déficit de atención eres sorda ¿Podrías fijarte por donde caminas?- Me respondió él.
- ¿Podrías no ser tan estúpido?-
Me levante, aun con sus papeles en mi mano y los tire.
- Uno aquí intentando ser amable y llegan mierdas como usted - Escupi las palabras en su cara con total asco.
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Jodido idiota
Любовные романыIsabella Bachelli: Tiene uno de los nombres más comunes de Italia gracias a su madre. Trabaja medio tiempo, necesita dinero. Simpática. Todo se lo gano con esfuerzo y tiempo. "Todos tenemos derecho a ser estúpidos, pero tú, abusas del privilegio" Ar...