Salida

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Varios días tarde pero finalmente pude subir este especial de Halloween. Aclaro que es mi primer fic no Yaoi, aunque hay una que otra mención.

Advertencia: Intenté contenerme lo más que pude.

—Esto es absurdo —habló Tsukishima con mirada cansada.

—Vamos Tsukishima, será divertido —se entusiasmó Hinata mientras daba pequeños brincos en su lugar.

—¿No será que tienes miedo? —preguntó Kageyama con sonrisa burlona.

—En realidad —intervino Yamaguchi—, a Tsukki siempre le ha parecido aburrido este tipo de cosas.

—Yo sólo espero que termine rápido —suspiró Yachi mientras se daba pequeñas palmadas en el pecho.

—No te preocupes Yachi —le habló Yamaguchi con una sonrisa—. Yo voy a protegerte.

Era noche de Halloween y el club de voleibol tenía una tradición: cada noche de esa festividad, los integrantes de primero debían ir a un lugar en específico y conseguir un balón que había sido colocado en alguna parte por sus superiores.

—Anímense chicos, que la tuvieron fácil —habló Nishinoya con su típica sonrisa—. ¿Verdad?

—Muy cierto —Asintió Tanaka—. El año pasado a nosotros nos tocó en el cementerio y a los de tercero fue en un bosque.

—Bueno —Tsukishima levantó una ceja—, no creo que la casa abandonada de la colina sea fácil.

Todos contemplaron la enorme casa de dos pisos que estaba frente a ellos: Vieja y solitaria. Con ventanas cubiertas por tablas de madera y cristales rotos. Llena de telarañas y polvo por todos lados. Los demás de primero asintieron.

—Vamos, será divertido —Nishinoya le dio una fuerte palmada a Tsukishima en la espalda.

—Recuerden la regla —Tanaka le entregó una linterna a Kageyama—: No pueden salir hasta que hayan conseguido el objetivo.

Kageyama abrió la puerta y un fuerte rechinar rompió el silencio, seguido por un tronido en el cielo. Yachi se sujetó del hombro de Yamaguchi debido al inesperado estruendo.

—Con ambientación incluida, lo que faltaba —habló cansado Tsukishima.

Cuando entraron, los de segundo cerraron la puerta.

—Los demás ya está en sus posiciones ¿Verdad? —preguntó Tanaka y Nishinoya asintió—. Entonces sólo faltamos nosotros.

Se observaron por un momento y sonrieron divertidos.

—Bien —habló Hinata animado—, ¿Dónde podrá estar el objetivo?

—Habrá que ir de habitación por habitación —Kageyama se puso a pensar.

—Eso tomará mucho tiempo —suspiró Tsukishima—. Probablemente la pusieron en el punto más alto.

—Tendría sentido, Tsukki.

—Entonces —Kageyama suspiró mientras prendía la linterna—, empecemos con esto de una vez.

Kageyama caminaba al frente, a su lado estaba Hinata, quien poco a poco le idea ya no le parecía tan buena. Atrás estaba Yamaguchi con las mejillas coloreadas debido a que Yachi sujetaba su brazo con discreción. Tsukishima por otro lado, observaba a su alrededor sin mucho ánimo.

Subieron las escaleras que rechinaban a cada paso. Una vez arriba, comenzaron a recorrer el gran pasillo con lentitud y examinar cada habitación.

—Esto está tomando más tiempo de lo pensado —se quejó Kageyama después de quince minutos de recorrido—. ¡Por qué tiene que ser esta casa tan enorme y con muchos pasillos!

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