Remember.

Capítulo 09: Jacob.

El olor a chocolate recién hecho acariciaba mis fosas nasales, y se cernía por toda la sala de estar. Los dedos de mis manos rodeaban la caliente taza entre ellos, acercándola a mis labios, mientras caminaba lentamente hacía el sofá. Cuidadosamente, coloqué mi cuerpo sobre la oscura piel de cuero que recubría el cómodo mueble, intentando no provocar un estropicio.

Todo se encontraba envuelto en un enorme silencio sepulcral. Las sombras de las nubes traspasaban la fina tela de la cortina, mi mirada en un punto fijo, sin pensamientos estorbando en mi mente. Sólo yo y la paz que el silencio otorgaba.

Di un leve sorbido a mi bebida, entrecerrando mis ojos, trayendo en memoria aquellas gemas verdosas que tanto... ¿extrañaba? No sé que tipo de sentimientos florecen en mi interior cada vez que, por casualidad o simple antojo del destino, nos encontramos. Eran confusos, pero a la vez reconfortantes, algo me atraía a él, algo que no se podía percibir con los sentidos, algo que yo aún no lograba descifrar. Quería comprender el por qué de su actitud, el por qué en cuanto se trataba de él, quería averiguar mi pasado, estaba aferrada a él, no quería alejarme sin mas de lo que tal vez llegué a ser.

¿Y se me había enamorado?

¿Y si alguien más me necesitaba a su lado?

¿Y si había encontrado el trabajo de mi vida?

¿Y si... no hubiera ocurrido aquel accidente, que habría sido de mi anterior vida?

Absorta en mis tediosos pensamientos, tres sonoros toques sobre la puerta me devolvieron a la realidad que había abandonado hace unos minutos. Con mi ceño fruncido, dirigí mi vista hacía el pequeño reloj electrónico colocado en la pared; marcaba las cuatro y cuarto de la tarde.

Suspiré frustrada, no tenía ganas de tener que entablar una conversación con nadie. No ahora.

Presioné hacía abajo el picaporte, atrayéndo la puerta hacía mi. Entrecerré mis ojos, confundida.

—¿Hola? — Mi entrecejo continuaba fruncido, realmente me encontraba desconcertada. ¿Quién es él?

Sus azuladas pupilas me observaban fijamente, una línea curva se formaba en sus labios. Me removí incómoda en mi sitio, esto era extraño.

—Hola, soy Jacob. — Extendió su mano hacia delante, con una gran sonrisa en su rostro. Cohibida ante su presencia, imité su gesto. — Soy tu vecino de al frente — aclaró, yo asentí, apartando mi mano de su leve agarre.

—E-encantada Jacob, soy Abby. — Esbozé una ligera sonrisa.

—¿Puedo... pasar? — Preguntó, dirigiendo su mirada hacia el interior. No supe que contestar. Mordí mi labio inferior, nerviosa y aturdida por no saber que responder. Él era un completo desconocido, no debería dejarle entrar, pero aparentaba no tener malas intenciones, que sólo se había tomado la molestia de venir hacía aquí para saludar.