"Eres mi enemigo"

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Chuuya caminaba por los largos pasadizos la Port Mafia, tenía una reunión importante con Mori,mientras se aventuraba hacia la oficina del jefe aún no podía quitarse de la cabeza el hecho de haberse reecontrado con Dazai ese mismo día, y lo peor, es que lo había dejado en ridículo después de tantos años en los que desapareció y se unió a ese grupo de detectives estúpidos.

Cerró los ojos con fueza tratando de olvidar su ira al saber que Dazai había preferido quedarse con esos cobardes a volver a donde pertenecía. Y aún peor, nunca le dijo el porqué de su abandono a la Port Mafia.

Ni siquiera un adiós.

Sólo desapareció, como si nunca hubiera existido.

Y lo lastimó.

Suspirando, Chuuya procedió a abrir la puerta de la oficina de Mori, según le habían informado el jefe lo había mandando a llamar para hablar de un asunto de "suma importancia" tonterías. Ya tenía suficiente con sus propios problemas cómo para lidiar con el extraño comportamiento de su jefe.

Abrió la puerta con cuidado. Un chirrido sonó mientras que el gran objeto de madera revelaba la enorme oficina de uno de los mayores líderes de la Port Mafia.

Todo parecía en orden, a excepción de todos los colores que yacían esparcidos por el suelo de mármol. Sentada en el suelo se encontraba una pequeña niña de cabellos rubios que dibujaba alegre en el piso. Todo esto mientras Mori, sentado en su enorme escritorio con las dos manos juntas le esperaba.

-Muchas gracias por venir Nakahara san, dime ¿Cómo has estado? Me informaron que acabas de regresar de tu misión a Europa.- Preguntó con interés el hombre de cabellos negros y con una sonrisa en su rostro.

-¿Para qué me llamaba jefe?- preguntó sin rodeos el pelirrojo. Sabía que era peligroso esa clase de comportamiento, pero en esos momentos se encontraba demasiado estresado para entablar un conversación ridícula con Mori.

-Ahh supongo que estas con prisa.- Dijo Mori tomando una taza de té que se encontraba a su derecha.- Descuida esto no tomará mucho tiempo. Sólo tenía ganas de conversar un rato contigo.- dijo observando el contenido de su taza antes de beberlo.

-¿Y de qué quiere hablar?- le preguntó estresado. Sabía que esta conversación no era para nada importante, lo único que quería hacer en esos momentos era acabar con esa estúpida reunión e ir al bar de siempre a beber unas copas de alcohol hasta no sentir la cabeza. Tal vez eso podría aliviar un poco el extraño dolor que sentía en el pecho. Tal vez.

- Bueno,- Prosiguió Mori colocándo su taza en un pequeño plato.-Tú sabes muy bien que eres uno de los mejores miembros de la Port Mafia, y que siempre voy a acudir a tus increíbles habilidades para cualquier problema que tengamos. Eres lo mejor de lo mejor y todos lo saben.-

- Sí, pero ¿Qué con eso?- dijo Chuuya cada vez más inseguro de dónde iba a parar esta conversación.

- Verás, todos confiamos en ti.- siguió hablando el líder.- Justo por eso me pregunto...¿Por qué dejaste escapar a uno de nuestros prisioneros?- Preguntó Mori con un toque de inocencia.

Los ojos de Chuuya se abrieron como dos enormes platos. Abrió la boca varias veces pero ninguna palabra salió de ella. ¿Cómo diablos se habían enterado?! Ahora el jefe lo miraba con la misma sonrisa de siempre. Pero por alguna extraña razón, sentía como una aura asesina provenía de él. Había cometido el peor crimen que un miembro de la Port Mafia podía hacer.

Traición.

- ¿Creíste que no me enteraría verdad?- dijo Mori aún sin dejar de sonreír. - Que iluso. Las cámaras de seguridad grabaron el momento en el que Dazai Ozamu Y salían del calabazo. Y no te vi en ningún momento evitar su escape. ¿Tienes una explicación para esto?- preguntó Mori levantándose de su asiento.

"Quiero Odiarte" Soukoku (Dazai X Chuuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora