Carta.

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No encontraba las palabras correctas, quizá tampoco el tiempo correcto para hacer esto; y es que no existe algo como el momento correcto para dejar ir a la persona que amas, a la persona que has decidido amar y dar todo de ti.

Recuerdo haber escuchado de una vieja película la frase "Se supone que dejas a una persona cuando ya no sientes amor, o toda aquella chispa se ha terminado, no cuando estas perdidamente enamorado" creo era de esa forma y tenían razón. ¿Cómo dejas ir lo que más amas? Debe ser de personas locas, pero aquí me tienes, escribiéndote esta última carta, la más confusa de todas, pero ¿Cuándo no fui yo así de confuso? A lo largo de estos 9 meses y medio llegue a confundirte día y noche, a que conocieras personalidades que creías no tener, a que vieras la vida de formas muy distintas a las que tu considerabas perfectas, a lo que era tu comodidad y es que yo siempre fui así.
Soy y seré inestable por el resto de mi vida, puedes verme hoy con la sonrisa más grande de todas, puedes verme con el cabello rubio y sintiéndome perfecto, pero mañana puedes verme con el cabello obscuro y un semblante serio. Siempre confundiendo a las personas que vivían a mí alrededor ya que están creían que era de una forma y resultaba ser de otra, pero ¿Para ti jamás importo como fuese, no es así? Solías decirme que no importaba lo que fuera o lo que aparentara ser, tú me amarías hasta el último día de nuestras vidas, que siempre terminaría por encantarte cada nueva personalidad que demostrara tener o que ocultara, porque todas ellas eran mías y tu amor era el más grande de todos.

Aún sigo pensando que odiaba esa forma de ser tuya, me cansaba y me seguirá cansando, no entiendo como una persona puede amar tanto que incluso olvida su propio bienestar; y me pregunte muchas veces, ¿Cómo fue que yo termine volviéndome así? ¿Cómo es que ahora quiero huir como un cobarde para no ver más lágrimas en tu bello rostro? Sabes nunca te lo dije, ya que siempre solía bromear y decirte que eras horrible, que tu piel blanca, tu cabello ahora castaño, y tus dientes de conejo eran horribles; pero en el fondo sabía que no había visto nunca antes una sonrisa más hermosa, que ninguna piel me había hecho admirarla, que ningún cabello me gusto acariciar, que amaba tu cabello obscuro y ahora amo tu cabello castaño, que simplemente el saber que respiras es mi mayor felicidad Kookie...

Pero volvamos al verdadero motivo, y es mi despedida, es decirte adiós amor mío, de la forma más cobarde, es dejarte esta carta que quizá jamás puedas leer, que quizá jamás encuentres o que quizá ya te imagines. . . Lo siento amor mío, no puedo seguir a tu lado, no puedo seguir arriesgando a que tu sonrisa se evapore, a que vivas preocupado por si vivo, muero, o si algún día dejare de hacer mis cosas y estaremos bien, si volveré bien a casa; no puedo dejar que continúes desperdiciando los mejores años de tu vida entre preocupaciones y lágrimas. Pequeño conejito mío, por favor sigue adelante, por favor busca tu felicidad y olvida cada uno de los malos recuerdos que has vivido a mi lado, incluso los buenos recuerdos pequeño, simplemente vive, vive todos y cada uno de tus sueños, yo desde la lejanía prometo cuidarte, prometo sonreír mientras te vea feliz.

Cuídate ahora y siempre mi pequeño conejito.

Att: Tu alíen bipolar.


Carta de despedida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora