primer grado

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El tiempo ha pasado rápido, Marissa ya tiene 5 años, hoy es el día que entra a prequinder, Chris y Martin van con Marisa en el Kratt-Terra a la escuela.
(Nota: a Martin le dice papá y a Chris le dice mamá :v)
Marissa: mamá? A que hora llegamos?
Chris: no falta mucho cariño.

Al fin llegaron a la escuela, se dirigieron al aula que le tocaba.
Martin: te deseo toda la suerte del mundo mi niña, recuerda todas las cosas que tu mamá y yo te hemos dicho.
Marissa: hacerle caso a la profe, no hacer problemas, tratar de ser social, no hablar con adultos extraños...
Chris: *risitas* veo que vas a tomar en cuenta todo eso, cuidate princesa.

Marissa entró a su aula de clases, su maestra la saludó.
Profe: Hola pequeña, yo soy tu maestra, mi nombre es Katherine.
Marisa: mucho gusto, mi nombre es Marisa.
Katherine: esos 2 hombres son tu papá y tu tío?
Marisa: no, ellos son mis padres.
La maestra se quedó sorprendida, pero aún así aceptó la familia de Marissa.
Ese mismo día, Marisa hiso muchos amigos, especialmente uno, que se convirtió en su mejor amigo, el se llamaba Santiago, pero ella le dice Santy. Y el le dice Mary. :3
Santy: me caiste bien Mary.
Marissa: tu también me caiste bien.
Santiago y Marisa buscan en sus mochilas las loncheras, era la hora del recreo.
Santy: oh no!
Marisa: que pasó?
Santy: olvidé mi almuerzo.
Marisa: quieres que te de del mío?
Santy: está bien Mary.
Santiago le da un beso en la mejilla, Marisa se sonrroja.
Marisa: por que hisiste eso?
Santy: tenía ganas de hacerlo.
Marisa encogió los hombros con una sonrisa algo tímida, le compartió su almuerzo a Santiago.
Ya era la hora de irse, Chris y Martin fueron a recoger a Marisa.
Martin: que tal te fue hoy?
Marisa: muy bien papá! Hise muchos amigos.
Chris: no hisistes problemas?
Marisa: claro que no mamá.
Hubo un silencio incómodo entre la pequeña familia, hasta que Marisa rompió el silencio.
Marisa: un amigo me dio un beso en la mejilla.
Chris: que?!?!!? Y te gusta, verdad?
Marisa: claro que no.
Martin: Marisa, sabes muy bien que todavía eres muy chiquita para enamorarte, apenas y sabes lavarte los dientes tú sola.
Continuaron su camino a casa, claro que Martin y Chris no la regañaron, sólo la aconsejaron, pues es algo inocente, algo de niños pequeños.

nuestra vida con MarissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora