Capítulo II; Amar o no amar, esá es la... ¿cuestión?

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ALGÚN LUGAR DE IKEBUKURO, CAMINO AL LABORATORIO/ 3:30 a.m

El e-mail de reclutamiento no llegó, aunque Akabayashi-no-danna-sama dijo que lo mandaría dentro de poco tiempo.

Y al final, Ru-chan tampoco apareció...

"Mamá.. sálvame..."- La voz de una chica, que no estaba presente, resonaba en sus oídos.

La misma frase se reproducía como disco rayado, sin aparentemente algún deseo de parar.

Desistió en el intento de mantenerse atenta únicamente al camino para poder escuchar esa voz, no a la única frase que decía, sino a la voz en si.

La obra con sus recuerdos abrió el telón, después de escuchar varias repeticiones completamente monótonas.

El escenario era un parque infantil.
Bastante simplón a decir verdad, con un tobogán rojo (lo que más resaltaba a esas altas horas de la noche) y unos columpios, sobre un terreno de arena.

El público debía estar seguro de que el monstruo desalmado, era el camarógrafo.

Un simple camarógrafo.

Ciertamente, era como cualquier otro camarógrafo, él solo quería conseguir una primicia, que le dieran su paga para poder vivir por lo menos una semana más y si se podía, un ascenso de puesto con una paga más satisfactoria.

Mientras que la débil e inocente protagonista que estaba siendo acosada, se llamaba, Hijiribe Ruri.

Aunque, la verdad era que, el verdadero monstruo estaba siendo perseguido en vivo y en directo con una cámara.

Después de escapar por bastantes minutos decidió esconderse dentro de ese tobogán, sin embargo, el interior estaba lo suficientemente resbaloso como para terminar deslizándola hacía abajo y por ende la llegaran a encontrar, dígase que los zapatos con taco tampoco eran de mucha ayuda.

Su aliento estaba caliente, tanto que cuando tocaba su rostro helado tenía la sensación de que alguien la golpeaba.

Poco a poco perdía la capacidad de aferrarse a las planas paredes, humedecidas por su propio sudor en el interior del tobogán.

Podía oír los pasos de el hombre que llevaba consigo una cámara.

'Dejame en paz ', 'Largate', 'Haría cualquier cosa para que desaparecieras de mi vista'.

Pero, aún cuando había dicho para sus adentros que 'haría cualquier cosa'.

De ninguna manera iva a utilizar esa opción.

Hijiribe Ruri es una idol con facciones delicadas, que le dan un aire de suma melancolía.

Parece un ángel sacado de una pintura occidental.

Y al mismo tiempo, Hijiribe Ruri es una asesina desalmada.

No hay razón para mencionar que por un lado u otro su fama es colosal.

Para ella le resultaría fácil atacarlo por delante, directamente, hacía su desprevenida yugular.

Dadas las circunstancias, cada una de sus celular gritaban por movimiento, no podía permitir que una cámara la captara al usar la fuerza anormal y descomunal que poseía su, a primera vista, frágil cuerpo.

Si seguía así lo más probable es que el público escrutara en lo más íntimo de su ser.

El monstruo que tortura sin corazón, el Nicolás Maquiavelo en la era actual, El asesino serial, Hollywood.

El cruel ser estaba temblando.

Temblando para contener su profundos instintos de asesinar.

Desde su escondite logró observar dos zapatos formales de color marrón que no siguieron caminando.

DRRR! [Jan-Ken-¡Pon!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora