✾ Capítulo Único ✾

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22 de Marzo –Equinoccio de Primavera


                    Con fuerza la música se filtraba por sus oídos haciendo que el espacio de desvaneciera a su alrededor. Observó sin gran importancia a los jóvenes que estaban a su alrededor moviendo sus cuerpos como si aquellos fuera la mejor forma de pasar el tiempo, otros estaban deleitándose con aquellas extrañas bebidas que él no lograba conseguirle el gusto en lo más mínimo.

Para muchos que lo conocía pensaban que él era un bicho raro por su personalidad. Run era frío, lejano y era de ese tipo de persona que alejaba a todos con su mirada penetrante y oscura, inclusive cuando sus ojos eran de un chocolate profundo y no de un negro—no faltaba mucho para llegar a un negro, a decir verdad—. Pero aún así tenía ese estatus de popularidad por ser uno de pocos jóvenes con altas calificaciones y siempre estar presentes en aquellas estúpidas fiestas.

Run se quedó gran parte de la tarde en una esquina en el gran salón de aquella voluminosa mansión, con mirada fija en aquellos jóvenes que aparentemente eran sus compañeros de clase. Pasó una de sus manos por sus cabellos oscuros, despeinándolos un poco mientras se arregostaba con gran fastidio en la pared, acto seguido buscó en el bolsillo de su chaqueta, de cuero negro, su caja de cigarrillos colocando uno entre sus labios para proseguir a buscar su encendedor.

  —Morirás joven si consumes eso. —escuchó de una voz suave cerca.

Ignoró por completo aquellas palabras mientras continuaba buscando su encendedor.

Poco después sintió que algo tocaba su trasero a lo que se alejó chocando con un mueble cercano. Alzó la vista con gran enojo al joven que estaba cerca a él.

  —¡¿Pero qué mier-?! —Paró en seco al encontrase con una sonrisa juguetona en los labios del ajeno.

Los ojos azules profundos como el mar le observaban con descaro acompañando aquella sonrisa que lograba incomodar a Run de sobremanera. Él estuvo a escasos segundos de sentirse avergonzado cuando detalló el objeto brillante que tenía el ajeno entre una de sus manos. Su encendedor.

Sin esperar más le arrebató el encendedor al ajeno, dejándolo perplejo.

  —¡Oye! ¡Lo digo en serio, si sigues consumiendo eso no podrás tener una vida placentera! —replicó el joven de menor estatura frunciendo el ceño en dirección a Run.

Run alzó una ceja observando al menor, para sonreír leve y encender su cigarrillo.

  —No creo que eso sea tu problema. —respondió Run dejando salir el humo de boca, apenas viendo al ajeno, guardo su encendedor mientras se alejaba.

  —¡¿Cómo estás tan seguro de eso?!—contraatacó el menor.

Run paró un momento mirando de reojo al menor, rió leve para luego continuar caminando por entre los jóvenes que reían y se divertían en la fiesta.

Estoy tan seguro que eso aterra... Quiso decir pero esas palabras solo se quedaron en su mente.

Terminó en el gran patio trasero de la mansión donde estaba menos poblado y el ruido de la música apenas se sentían.

Agradeció con toda su alma que la fiesta hubiera sido en un lugar despejado como aquel, hubiera odiado un lugar pequeño y sin espacios al aire libre.

Transitó por el pequeño camino de concreto hasta llegar a la baranda de metal que limitaba la el patio trasero con el profundo y misterioso río, mientras consumía su cigarrillo observaba el atardecer, como el gran sol estaba en lo más alto esa tarde.

Nuriel Flowers [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora