Pffff... Un nuevo día en mi escuela, perdiendo el tiempo a las 6:30 de la mañana... ¡Mierda! Son las 6:30 voy a llegar tarde, pero claro tenía que ponerme a escuchar música a las 12 de la noche, ¡te odio Dan, te odio! Hora de levantarme maldita sea...
Muy bien, hora de desayunar mientras me visto, sólo me da tiempo de tomar una barrita para el almuerzo y encima hoy tenía que llegar temprano para ayudar en el maldito proyecto que además de ser estúpido tenía que tocarme un equipo en el cual estoy rodeado de 4 mujeres que me oprimen, ¡perfecto! -Se escucha un autobús acelerar fuera de la casa- ¿Es en serio? El puto autobús se fue sin mí, vaya mañana.
Después de haber desayunado tomé mi bicicleta y empecé a pedalear mientras me repetía "bien, un chico escuálido de tercero de secundaria pedaleando a su escuela para intentar llegar, ni siquiera temprano, llegar antes de que me cierren, qué bien se siente esta adrenalina ¿no crees Daniel? Pfff... Como si mi mente me fuera a contest- ¡Mierda!" En ese momento me golpeé con un poste que no vi por estar distraído, mientras levantaba la cabeza pude ver un figura femenina acercándose a mí, tal vez podía ser "la chica de mis sueños" que tanto deseo conocer y sea la que me saque de este hoyo.
No me fue sorpresa ver que era la señora Lourdes, quien es dueña de "Lourdes frutería", es una señora grande bastante agradable, parece tener 50 años pero aparenta menos edad de la que tiene, lamentablemente perdió a su esposo hace unos años, cuando yo estaba en la primaria. "¿Estás bien Daniel? Parece que te golpeaste fuerte" me preguntó con una voz que combinaba un tono dulce y como suelen hablar las abuelas, no tuve más remedio que contestar que sí, si no le decía eso de otra manera me hubiera obligado a tomar un té "curativo" (que de curativo no tiene nada) y no habría llegado a la escuela eso quería decir un regaño asegurado de mi madre sobre porqué no tomé el autobús acompañado de un castigo seguro y una plática como para dormirse de postre.
Tomé de nuevo mi bicicleta mientras Lourdes me daba las cosas que se cayeron de mi mochila en el momento del golpe, tomé camino y me despedí de ella, ahora mi mente gritaba "bien hecho inútil, ahora vas 3 minutos tarde."
Después de haber pedaleado sin cesar y sin descansar, a 2 cuadras vi mi escuela, me volví hacia mi reloj rápidamente, marcaba las 7:26, eso quería decir que... "Vamos Dan, 4 minutos, sólo 4" me gritaba mi mente mientras aceleraba constantemente al punto que según mi profesor Julio, hubiera alcanzado los 20Km/h (bastante rápido para lo que solía andar en bicicleta que era como 1 vez al mes) sin parar até mi bicicleta a junto a las de mis compañeros y corrí como bólido hacia la entrada todo para decirle a Laura, la secretaria del director, "¡Muy buenos y rápidos días Lau!" pero sólo recibí una respuesta seca y muerta "A la siguiente te cierro en la cara" mostrándome en su reloj que eran las 7:31.
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La perfección, hecha de imperfecciones
RomansUna historia de un chico con pocas esperanzas de seguir adelante ya que todo su mundo se derrumba, puesto que todo se le hace cada vez más pesado y sólo un pequeño rayo de luz llega a su vida para cambiarlo completamente, tal vez una clásica histori...