El aullido de un lobo me hizo salir de la cama. Lentamente me acerqué a la ventana para comprobar que aquel animal no se encontrara cerca. Contemplé con horror que aquel lobo blanco de mis pesadillas era en realidad un hombre de cabellos blancos y b...
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CAPÍTULO I.
Otra vez ese sonido. No era lluvia ni era el viento contra mi ventana, tampoco parecía ser una rama aquello que golpeaba el cristal de esa manera. Cada noche aquel sonido me despertaba a la misma hora, 2:27am. No sabía lo que ocasionaba aquel sonido pero era constante y duraba cerca de 3 minutos antes de desaparecer. Tac, Tac, Tac.
La noche era helada por lo cual no era de asombrarse que quizás algún animal buscara refugio en el calor de la casa y los ruidos fueron ocasionados por éste al intentar buscar una manera para entrar. Tenía la sospecha de que era un animal pues después de que el sonido en la ventana cesaba, se escuchaba otro, similar al que haría una persona al correr sobre un piso de madera. Sin embargo, parecía que esto que se encontraba fuera de la casa era ágil, demasiado para ser un humano debido a que sería difícil siquiera mantener el equilibrio en el piso de madera, empapado debido a la lluvia torrencial.
A pesar de que mi parte racional me decía sin lugar a dudas que aquello era un animal, no dejaba de aterrarme la idea de que pudiera entrar, por el crujir de la madera solo quedaba suponer que era un animal grande. No sabía qué clase de animal pudiera ser pero era en definitiva mucho más grande que mi compañero y yo. Aquella noche parecía que el comportamiento del animal era diferente, algo parecía inquietarlo, desesperado buscando la manera de entrar a la casa.
Las apariciones del visitante nocturno habían sido constantes por más de dos meses, lo cual me había permitido percatarme de la forma de su actuar. Quizás si hubiera sido un poco más valiente, hubiera ya determinado que tipo de animal era, sin embargo, me daba pavor pensar que aquella cosa pudiera perder el control en caso de estar hambriento y romper la ventana.
-Baek-dije en un susurro pues me daba miedo que lo que sea que fuera esa cosa nos escuchara-Baek-dije una vez más. No obtuve respuesta. Giré lentamente sobre mi cuerpo y me di cuenta que la cama de mi amigo estaba vacía. Quizás él había escuchado los ruidos y decidió levantarse a ver qué los estaba causando, era obvio que viviendo en esa misma casa, él también los había escuchado con anterioridad pero parecía muy flojo como para preocuparse por ir a investigar en plena madrugada.
Muy a mi pesar me levanté de la cama y caminé descalzo sobre el suelo de madera. Salí de mi habitación y comencé a buscar a Baekhyun con la escasa luz que entraba por las ventanas. Había comenzado a calmarme hasta que escuché un golpe en la puerta trasera, la cual se ubicaba en la cocina. Me paralicé en mi lugar, quería llamar el nombre de Baekhyun pero me daba miedo que no fuera él. Los escalofríos recorrían mi cuerpo a cada segundo que pasaba y mi sangre se sentía cada vez más espesa.
Entonces lo vi.
Frente a mí se encontraba la sombra de Baek. Respiré con alivio al ver que estaba bien, imaginé que se había levantado por agua y había tropezado con algo, de ahí el golpe en la puerta.
-¡Baekhyun, me has sacado un jodido susto!-Me di la vuelta dispuesto a volver a la cama. Tenía una mezcla de sentimientos encontrados a causa del incidente, me sentía enojado y a la vez asustado, al punto de que no reparé en el hecho de que Baek parecía ser más alto de como yo lo recordaba.
