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- Hey chico... No tienes porque ponerte así! Oh quedaras tan rojo como Marte - dijo la luna quien parecía divertirse mas que parecer arrepentido.

Él muchacho quien caminaba de mala gana volteo su mirada a él planeta rojo, su enojo se esfumó por un momento al imaginarse caminando por ese interminable desierto. Negó con la cabeza y agradeció que no nació en ese lugar lleno de tormentas de arena y cráteres.

- N-no estoy enojado! - la luna aveces tendia a desesperar a el pobre muchacho arriesgándose a que deje de  escuchar su consejo que en algún momento le era util - Sólo dejame solo... - dijo él pequeño quien paro su paso por un segundo, su mirada estaba perdida en la Tierra, esa Tierra que desearía poder alcanzar con su brazo...

- ¿Porque tuve que nacer en la Luna y no en la Tierra? - dijo él pequeño que seguía contemplando él movimiento de rotación de esta

La luna callo y desapareció por unos minutos, él pequeño tenia esa manía de dejar que él tiempo continuara y así durara miles de minutos pensativo, la soledad en la luna le hacia tomarse con calma cualquier cosa que hiciera. Si tenia que investigar un cráter tendría una eternidad para hacerlo, él tiempo no era oro para él... Era una condenación.

Los sentimientos entre enojo, desesperación desaparecieron cuando acepto su destino por millonésima vez

- *suspiro* - él pequeño inflo su estomago, cerro sus ojos y luego dejo salir esa frustración. Abrió los ojos y un pequeño silencio se hizo, calma... Sin emisiones... Todo esto se debía a la aceptación de estar solo pero no duro demasiado gracias a que un objeto se miró a lo lejos...

Al principio se pensó que era un meteorito pero... ¿¡Como puede un meteorito venir desde la tierra?!

No lo creyó hasta que lo vio... Algo se acercaba

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2016 ⏰

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El Chico LunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora