The bet with the bad boy [en edición]

Parte extra Chris y Rose

Este es una parte extra sobre Chris y Rose :) (para quién no se acuerde, mirar el capítulo 4)

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Chris

Tenía un sentimiento de alivio, felicidad y nostalgia cuando salí del taxi enfrente de mi antigua casa, en Adelaida, la cual no habíamos vendido deliberadamente por si alguna queríamos venir a casa.

– ¿Nos vamos a quedar aquí? –pregunté a Mamá.

–Sí, solo dos días. Iremos a visitar la casa de Rose mañana, y nos iremos al día siguiente, acuérdate de que Addie está sola en casa –dijo mamá. Asentí.

Lo sentía por Rose. Me gustaba, quiero decir como amiga. Antes me gustaba de forma diferente, pero en ese tiempo a ella le gustaba otra persona. Ahora me he ido y continuado, me quiere y se hace daño así.

Me pregunto que debería hacer.

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– ¡Oh, aquí estás Chris! ¡Ya te echábamos de menos! –Mrs. Adelwin me abrazó cuando llegamos a su casa al día siguiente. Yo la abracé de vuelta 

–Entonces, ¿dónde está Rose? –pregunté.

–Le dije esta mañana que Chris iba a venir. Menos mal que se lo creyó y salió de la cama. Ahora está en el comedor, ¿por qué no te acercas a ella? –preguntó. Sonreí y asentí, dirigiéndome al comedor.

Estoy acostumbrado a su casa, porque solía visitar tanto su casa. Mientras los padres de Rose y los míos cotorrean en el salón, yo echo un vistazo desde detrás de la pared y encuentro a Rose comiendo sus cereales favoritos, Honey Stars. Sonreí y caminé de puntillas hacia ella, tapándole los ojos.

Jadeó y puso sus manos en las mías, intentando quitar mis manos. Sus manos en las manos están preparándome para morir, porque mi corazón late rápidamente.

– ¿Quién es? –chilló.

Me incliné hacia abajo y susurré en su oído.

–Hola Rose.

Pude sentir su cuerpo tensarse y su cara calentarse. Sonreí con superioridad y quité mis manos de ella. Se giró con una sonrisa enorme pegada en la cara. Se puse en pie y me lanzó al suelo.

– ¡Chris! ¡Estúpido Chris, te he echado de menos! –lloró en mi pecho. Puse mis brazos a su alrededor y acaricié su dorado pelo rubio.

Entonces ahuequé mis manos a su cara y la empujé hacia atrás para poder ver su cara. Sus ojos azul marino estaban hinchados y miraban directamente a mis ojos marrones, sus labios temblorosos y sus mejillas cubiertas de lágrimas. Busqué en mí bolsillo y cogí un pañuelo, luego borré sus lágrimas.

–Lo siento por no decir adiós, ¿vale? No tuve tiempo –susurré.

–Estoy tan feliz de poder verte otra vez… Una última vez –lloró

Me levanté y le ofrecí mano y le ayudé a ponerse de pie. Una vez estuvo de pie retuve su mano.

–Lavemos tu cara primera, ¿y vamos al parque?

Sacudió la cabeza y yo fruncí el ceño

– ¿Por qué no? – demandé.

Sonrió y me empujó a las escaleras. Subimos a su habitación. Abrió la puerta y había algo diferente en ella.

– ¿Dónde están los posters? –pregunté.

–Se los di a mis amigos –dijo, encogiéndose de hombros.

–Pero había autógrafos de celebrities en ellos.

–Ya no estoy más con eso, Chris. Ahora estoy con eso –dijo, señalando y gran estantería con casi cientos de libros. Yo había comprado algunos y se los había regalado por su cumpleaños, porque odiaba tanto leer y yo quería que leyese porque los libros son increíbles.

– ¡Guay! ¿Cuáles son los libros que más te gustan? –pregunté.

–Divergente, Insurgente, Los juegos del hambre, Sinsajo, Bajo la misma estrella. Y eh, también he comprado DVDs. Ventajas de ser un marginado, Los juegos del hambre… -empezó a hablar, como solía hablar de las celebrities, pero esta vez, era sobre libros y DVD.

Mrs. Adelwin entró trayéndonos dos vasos de limonada y dos porciones de pastel de carne Australiana. Le di las gracias y luego se fue.

Rápidamente cavé mi pastel. Tío, tenéis que probar todos su pastel de carne. Sabe genial.

– ¿Por qué no estás comiendo?? Antes te encantaba el pastel de carne de tu madre, ¿no? –pregunté cuando me di cuenta de que me estaba mirando solo a mí

Empezó a llorar otra vez. Fruncí el ceño y puse mi plato de vuelta en la bandeja.

–Ey, no llores… ¿Qué pasa?

–El amor es tan corto, olvidar es tan largo. ¿Sabes? No sé que voy a hacer cuando te vayan a Londres otra vez –lloró–. M- me gustas tanto, ¡pero tú a mí no! Te quiero tanto, ¡pero tú a mi no! ¡Sí, pero como a una amiga! –tartamudeó.

– ¿Quién ha dicho eso?

Abrió los ojos.

– ¿Q-qué?

–Solía quererte, pero a ti te gustaba otra persona –suspiré. Me miró en silencio, todavía llorando.

Tragué salive y cogí su cara, acercándola más, y puse mis labios en sus suaves labio. Boqueó pero me besó de vuelta.

Necesitábamos algo de aire, así que paramos el beso, mirando a los labios del otro. Los suyos estaban hinchados, apuesto a que los míos también.

–Escucha. Me voy mañana, ¡pero te mandaré un Skype dos veces al día! ¿Trato? –le dije. Sonrió y asintió.

Apoyé mi frente en la suya. Su respiración ventilaba mi cara. Acaricié su mejilla y murmuré:

– ¿Serás mi novia?

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Este capítulo lo iba a dejar para mañana, pero es que me parecen taaaaan monos ^^ Yo también quiero un Chris :( Es que es perfecto, así de fácil jajaja Pero me da a mí que de mayor va a ser un ligón... Pero claro, quien se resistiría jajjaja

Como no sé si podré volver a subir antes de navidad, este es vuestro regalo, espero que os guste :)

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Os quiero Patrii (: