Que nadie lo sepa

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Nombre: Que nadie lo sepa

Serie: Inazuma Eleven

Pareja: Fudou x Kidou

Historia/Edición: xlarazondeser

(Descarga directa) "La ultima primera vez" 7/10

Los personajes aquí presentados no me pertenecen, todos son propiedad de Level 5


Que nadie lo sepa

(Fudou Akio x Kidou Yuuto)


Recargados en la pequeña barda en el techo de uno de los muchos edificios en la ciudad, los cuales a nadie le importaba a quien dejaban pasar, la mañana pasaba entre una conversación con muy poco sentido.

― ¿Vas a dejar de jugar ya con eso? ―la pregunta del de rastas le provocó un gesto divertido, eso de jugar con una simple piedra que encontró en el piso era algo que Akio Fudou no hacía con frecuencia, los que lo conocían bien podían darse cuenta, estaba nervioso.

No había razón para estarlo, de acuerdo, si la había, eran contados los días que tenían para estar juntos, esa idea los había llevado a aquel lugar ese día. La dinámica fue la misma, siempre quedando de verse en el mismo lugar, alejados cada quien de su escuela, el Raimon y el Instituto Imperial no estaban muy lejos, el punto de encuentro no era otro más que un simple parque a unos cuantos minutos, el riesgo era muy alto pero era el único lugar para hacerlo, ¡Y pensar que ahí fue donde se conocieron!

― ¿Ya quieres irte? ―dijo el de ojos verdes quitándose el saco―hace mucho calor.

― ¿Ya me estás corriendo?

Una relación complicada, eso parecía a lo lejos pero ambos sabían que a su manera no lo era, así había sido los últimos dos años, muchos lo dudaban pero era más que cierto, no es que no tuvieran peleas o siempre se llevaran bien sino que había algo más fuerte, digamos que sin saberlo se complementaban, no necesitaban saber más, con eso les bastaba y gracias a ello ahora estaban donde estaban.

― ¿Vas a extrañarme cuando esté en Italia? ―fue lo que se atrevió a preguntar el de goggles

― ¿Tú vas a extrañarme cuando esté en Inglaterra?

Expresarse de esa forma no era algo que ninguno de los dos acostumbraran pero en ese momento poco importaba, el momento de decir adiós había llegado, lo sabían desde unos meses atrás pero siempre evitaban el tema, concentrarse en estar juntos era lo verdaderamente importante en ese momento aunque el tener que hablarlo era inevitable.

―Voy a extrañarte―se decidió a decir el de rastas después de un rato, todo eso era algo incómodo y sin duda deprimente, ninguno de los dos quería irse pero no podían hacer nada― ¿Tú lo harás?

―No preguntes cosas tan obvias, Yuuto―le dijo al oído después de darle un pequeño beso en la mejilla―por supuesto que voy a extrañarte.

―No te creo, seguramente el primer día ya te veré ligando por ahí con alguna extranjera―se quejó de manera divertida haciéndose a un lado para mirarle a los ojos.

― ¿Tan mala persona me crees? ―se rio―por supuesto que no, será al tercer o cuarto día pero no el primero, ¡Eso jamás!

― ¡Oye! ―lo empujó―que malo eres.

―por supuesto que no aunque si quieres puedo serlo―era la respuesta del de ojos verdes ante tal acto.

Así era la mayoría de las veces, pequeñas acciones tan tontas que les llevaban a los besos, sus labios se correspondían lentamente intentando no separarse, las abrazos y las caricias que de vez en cuando les sacaban pequeños suspiros, su lengua rosaba la suya, sus ojos permanecían cerrados cuando sin saber en qué momento terminó recostado en el piso.

―Lo siento―se apresuró a disculparse el mohicano mientras le ayudaba a levantarse―no estaba pensando inteligentemente, discúlpame, de verdad.

Ambos habían terminado en un silencio que solo rompía alguno de los pocos autos que por ahí circulaban, Kidou permanecía mirando al cielo, sus manos aún temblaban y sabía muy bien el por qué, no era la primera vez que esa situación pasaba, algunos de sus muchos encuentros habían terminado de esa manera, el de ojos verdes había dejado claro varias veces su deseo por estar con él pero también el que lo esperaría sin importar cuánto tardara, le miró de reojo, no entendía aún cómo fue que aquella persona se había metido tan dentro de su corazón, ¿Lo quería? Por supuesto, tan solo el estar con él le hacía estar feliz, le hacía olvidar cualquier tipo de problema porque sabía bien que él estaría ahí para apoyarlo, sin importar qué.

―Fudou, quiero estar contigo―el de rastas se había contenido demasiado para mencionar aquello pero de alguna manera sabía que estaba seguro de su decisión.

― ¿Qué? ¿Aquí? ―preguntó más que sorprendido el mohicano, esas palabras lo habían sacado completamente de sí.

―te quiero, no me importa que sea aquí, yo tan solo quiero estar contigo.

La puerta que daba a la azotea de aquel edificio permanecía cerrada, el viento de la mañana que poco a poco dejaba de serlo le recorría con cuidado el cabello, sus manos recorrían torpemente su abdomen, el de ojos verdes intentaba no parecer un tonto, ninguno de los dos sabía lo que estaba haciendo tan solo se dejaban llevar por el momento y aquel calor que les provocaba cada beso, cada caricia, sus miradas chocaron en un momento, un inocente sonrisa se dibujó en su rostro, el de rastas estaba seguro de lo que sentía y en sus ojos veía reflejado que él también lo hacía.

― ¿Quieres que te lleve a tu casa? No creo que sea necesario que pases a la escuela―preguntó el mohicano acomodándose la camisa.

Un beso de la nada le contestaba esa pregunta que si bien no era un intento tonto por no decir aquellas palabras que siempre le ponían nervioso poquito le faltaba, en ocasiones había estado tan cerca de decirlo pero siempre los nervios los detenían.

―Te amo―así sin más, hasta el propio Fudou Akio se sorprendió de lo fácil que había sido el pronunciar aquellas palabras, un abrazo y una sonrisa, no era tan difícil si se trataba de él.

El mohicano tímidamente tomaba su mano sin tener la intención de soltarlo, el reloj de la entrada les avisaba que se les había hecho bastante tarde, aunque era poco lo que les importaba en ese momento, un último y lindo recuerdo antes de tener que separarse, esas dos palabras lo significaban todo.


FIN

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