Capítulo 1

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Y ahí se encontraba el pobre de Donghae, sentado en la sala de su casa con sus ojos rojos de tanto llorar. No entendía porque sus padres lo odiaban tanto. Él había abandonado la escuela hace mucho por petición de sus padres que solo lo tenían para sacarle provecho pues aparte de hacer todas las tareas de la casa también trabajaba en las tardes y noches para darle al final todo el dinero que ganaba a sus progenitores. Gracias a Dios no lo obligaban a prostituirse o eso pensaba hasta que le dijeron que había sido vendido.

Como pudieron venderlo, aun no podía creérselo, de ahora en adelante viviría con un ricachón que solo lo usaría para su antojo. Pensaba en eso cuando se escuchó el sonido de la puerta, dejando ver a sus padres entrar por ella.

— ¿Por qué rayos estas llorando? ¡Eso hace tu cara más fea de lo que ya es!— gritaba su madre haciéndolo sentir peor de lo que ya estaba.

—Es cierto, ve a lavarte la cara, no queremos que el señor Lee se arrepienta. Aunque viéndote sería lo más normal, bueno por lo menos debes ser dócil en la cama, sino te drogara, es hasta que te acostumbres así que mejor copera hijo— decía su padre riéndose cínicamente.

— ¿Por qué me odian tanto?— pregunto Donghae alzando la voz.

Lo siguiente que sintió fue una fuerte cachetada por parte de su padre, que estaba molesto y grito: — ¡COMO TE ATREVES A LEVANTARME LA VOZ ANIMAL, GRACIAS A DIOS ESTA NOCHE TE DARAN TU MERECIDO, ESPERO QUE TE GOLPEEN Y NO PUEDAS CAMINAR POR SEMANAS!

Donghae bajo su cabeza, aun no podía procesar aquello y lo peor era que lo que decía su padre era verdad. Sabía que en aquella mansión solo sería torturado literalmente. El señor Lee era muy reconocido, no solo por sus negocios sino también por su agresividad. Todos sabían la historia de su ex amante que quedo en coma por una golpiza brutal de parte de su persona.

Gracias al dinero el señor Lee quedo impune pero aun así era temido.

Toc toc, se escuchó la puerta sonar, al parecer el momento había llegado.

Su madre corrió ansiosa a la puerta parecía la mujer más feliz del mundo con su gran sonrisa.

—Ella nunca me sonrió a mí de esa manera...— susurro Donghae.

—Cállate de una buena vez imbécil —dijo su padre en voz baja para que sus invitados no escucharan.

Dos hombres con traje negro entraron a la sala encontrándose en esta a Donghae y a su padre.

— ¿Este es el chico?— pregunto uno de ellos.

—Si, este es Donghae— dijo su padre.

— ¿Es virgen?— pregunto el hombre.

—Claro, lo hemos cuidado, si lo desea puede cerciorarse usted mismo— hablo de nuevo su padre.

No será necesario, el señor Lee se cerciorara el mismo, espero que no intente de ninguna forma de escapar— dijo el hombre del traje.

Sus padres asintieron y lo hicieron ponerse de pie. Donghae sentía una angustia muy fuerte, que incremento cuando vio que los hombres esposaban sus manos en su espalda. Se lo llevaban como si fuese un criminal que quería escaparse aunque si deseaba hacerlo.

De pronto uno de los hombres le tomo una foto ya dentro del vehículo y la mando desde su celular.

—Ya le mande la foto al señor Lee— le dijo al otro hombre de traje— dijo que no lo drogáramos, que quería verlo consiente.

Donghae sentía como su pecho se apretaba y sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas. Sintió como su corazón se detuvo cuando se vieron en frente a la mansión. Esta era gigante, debía tener por lo menos tres pisos, sabía que el señor Lee tenía mucho dinero pero no se imaginó cuánto. Fue jalado hacia el interior de la mansión, temblaba del miedo. Al entrar pudo ver la magnífica decoración, veía a los empleados algunos mirándolo con cara de tristeza mientras que otros lo miraban asustados. Definitivamente todos le temían al señor Lee y eso solo lo hacía sentirse peor...

Vendido (EunHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora