Capítulo 4: Oídos que no oyen, memorias que no vuelven

3 1 0
                                    

Logré abrir mis ojos, me sentía pesado, débil para ser exacto, me encontré dentro de una casa, no parecía la de Pinkie Pie, sentía una sensación que había sentido antes, ya hacían dos años, sentía un escalofrió que recorría muy lento en mi cuerpo, un viento constante rosaba mi cuerpo, lo más raro es que me encontraba en un lugar cerrado, luego de escuchar una voz demasiado familiar, sonaba como mi hermano, intenté ignorarla, ya que estaba consciente de que no era real, la voz insistió en un eco más fuerte, un eco que se sentía demasiado fuerte, incluso para la voz de mi hermano, la voz me llamaba, era imposible ignorarlo, no podía evitar oírlo, me estaba presionando, era una sensación demasiado fuerte, sentía que el peso incrementaba en mí, necesitaba algo donde apoyarme, termine apoyándome en el suelo, casi de rodillas.

Logré levantar mi cabeza, todo el peso de mi cuerpo era casi imposible levantar, incluyendo mi cabeza, una silueta me observaba en el fondo del pasillo, caminaba a un ritmo muy lento, mientras más se acercaba tomaba la forma de mi hermano, parecía una especie de burla, mantenía una sonrisa que denotaba felicidad, como si le generara gracia el dolor que significaba ese recuerdo, sin importarle seguía dirigiéndose hacia mí, parecía controlar mi cuerpo, intenté levantarme, pero fue inútil, sonó una risa diferente al momento en el que ya me encontraba ya totalmente en el suelo, solo con la capacidad de mover partes de mi cara.

La figura de mi hermano ya se encontraba enfrente de mí, solo me observaba, no importaba cuanto lo intentara, no lograba mover mi cuerpo en lo más mínimo, sentía odio ante la expresión que tenía, me sentía humillado, inútil, sin posibilidad de hacer nada, de igual forma en la que me sentí cuando mi hermano fue atacado, sentí la misma sensación, la desesperación me estaba consumiendo.

-¡Deja de ocupar la forma de mi hermano! ¡Deja de burlarte de mí!-

Me invadieron las lágrimas, recordarlo era suficiente castigo, la silueta bajo la cabeza hasta mi oído, susurrándome

=Una oportunidad como esta no se debe desperdiciar=

-¿Quién o qué eres?-

La silueta cambio de forma, parecía una forma femenina de alguien a quien creo haber visto antes, pero no recuerdo donde.

= ¿Me recuerdas? Supongo que no, si hay algo que disfruto más que ser una pesadilla, es ver la cara que pone la gente cuando me ve, en especial esa carita que pones, puedo ver sufrimiento, es adorable, tan profundo y doloroso, la clase de dolor que me hace fuerte=

-¿Pretendes quedarte parada hablando todo el tiempo, esperando que ruegue?-

=Es mucho más que eso cariño, quiero ver como el dolor apaga tu espíritu, hasta que tu energía se acabe yo estaré aquí, vamos a ser muy buenos amigos=

= ¿No crees?=

-No estaré mucho tiempo aquí, pronto despertaré y olvidaré-

=Bien, te esperaré aquí, vuelve pronto=

Finalmente desperté.

# ¿Estás bien?#

Si lo estuviera, no se habría desmallado

-Estoy bien, me alegro de haber despertado, creo que solo fue una pesadilla, pero creo que me siento mejor-

Al parecer mi comentario no pareció calmarlas, como si ellas hubieran visto lo que paso en el sueño, ya que tenían una expresión de terror, pero no puede ser tan malo lo que me paso.

¬Temo decirte que no solo fue un sueño¬

-¿Qué sucedió mientras estaba inconsciente?-

¬Algo parecía emanar de ti, un aura oscura¬

-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

¬Creo que una hora y media, fue una eternidad intentar despertarte, pero el lado bueno es que estas despierto, pero necesitamos que resuelvas algunas preguntas que tenemos sobre ti.¬

# ¿Cuánto tiempo llevas espiándonos?#

-Una semana entera-

# ¿Para qué querías el libro?#

-Quería saber que era lo que estaba pasando entre ustedes-

# Esta es la última pregunta, ¿has tenido contacto con alguna criatura, objeto o destello mágico antes?#

-Sí, aparte del libro, hace tiempo tuve contacto con una figura extraña, muy rápida, no podría describirla, pero fue la cosa que se llevó a mi hermano-

MLP: La AberturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora