SungYeol se debatía en si debía hacer lo "moralmente correcto", o si debía dejarse llevar por los impulsos del momento.
MyungSoo continuaba con la presión sobre sus labios, y para el mayor le fue inevitable no pensar en su familia. La decepción que tendría su madre, el desprecio de su padre, el odio de sus tíos por pervertir a su "inocente" hijo. E incluso pensó en la reacción que tendría su hermano, y en como su prima se molestaría. Recordaba que en una ocasión ella se había insinuado a SungYeol, y este había puesto como excusa su lazo familiar para rechazarla. Sin embargo, esto carecía de importancia cuando de MyungSoo se trataba, porque su primo lo traía loco de hace tiempo, y esto en lugar de disminuir, fue creciendo cada vez más. Y no había notado esto, hasta el día que volvió a ver a su primo, hasta que ambos decidieron romper la barrera que los detenía, entregados al placer del momento.SungYeol volvió en sí cuando la lengua del menor se hizo en su cuello. La forma en la que MyungSoo torturaba esa sensible zona, estaba causando que los pantalones del alto dolieran cada vez más.
Él seguía inmóvil, dejando que su primo hiciera con él lo que quisiera. En esos momentos envidiaba tanto el descaro con el que el menor lo besaba, él quería hacer lo mismo. Ansiaba poder marcar cada parte de su primo, dejar su huella en cada milímetro de piel. Sin embargo, no dejaba de pensar en lo que dirían si los descubrieran en esa situación.
- Hyung, déjese llevar - le dijo al oído, como si supiera lo que su primo pensaba. El mayor tembló al sentir su aliento chocar - no lo piense tanto - culminó por decir sin parar su accionar, removiéndose sobre las caderas de su mayor con insistencia.
El castaño no sabía que hacer, tener a MyungSoo sobre él pidiendo por sus caricias, estaba haciendo que la poca resistencia que tenía se esfume por completo.
Había imaginado varias veces una situación como esta, en la que su primo se entregara a él, y en la que pueda conocer esa faceta que jamás había visto. Ansiaba saber cuan estrecho era, cuan alto podía gemir, quería ver cada gesto que hiciera mientras profanara su virginal entrada, conocer la expresión de su rostro cuando llegara al límite de su excitación, verlo retorcerse bajo él pidiendo por más, llevándolo al paraíso una y otra vez.
Y fue el leve gemido que el azabache dejó escapar, el que hizo que se olvidara de cualquier cosa que impidiera poseer a MyungSoo. Ese pequeño sonido, alejó cualquier duda que pudiera tener.SungYeol enredó su mano en los obscuros cabellos de su primo, y lo besó desesperado, haciendo que la saliva fluyera por los costados. Su otra mano, se escabullía por debajo de la remera del menor, rozando con sus yemas la delicada y blancuzca piel de su primo, quien se retorció al sentir el contacto.
Cortó el beso sólo por un instante para poder quitar la molesta prenda, y continuar con lo que hacía. En un ágil movimiento, SungYeol volteó a MyungSoo y lo recostó en la mullida cama, para quedar encima. El mayor se tomó unos segundos para apreciar la belleza de su primo, el deseo desbordaba de sus obscuros y profundos ojos, tenía la respiración entre cortada y los labios rojos e hinchados a causa de la presión que ejercieron sobre su cuerpo. Se miraron directo a los ojos, y se sonrieron mutuamente, ambos habían esperado esto por mucho tiempo. A pesar de ser esta la primera ocasión en la que se insinuaron, ambos sabían que la atracción entre ellos traía años consigo.SungYeol no demoró más, y se dispuso a recorrer cada centímetro de piel que le fuera posible. Quería probar tal deliciosa textura diligentemente, por eso los besos eran lentos y cuidadosos, bajo la atenta mirada del azabache.
- Hyung, ¿por qué lo hace tan lento? - preguntó exasperado, viendo que SungYeol tenía planeado torturarlo con tal paciencia.
El mayor se limitó a sonreír al ver la impaciencia que consumía a su amante. Subió hasta sus labios, y de nueva cuenta lo besó con deseo y pasión. MyungSoo correspondió la acción, rodeando con sus brazos el cuello de su primo y enredando sus piernas a la cadera de este. Los roces entre sus partes bajas no se hicieron esperar, y para aumentar aún más el placer, MyungSoo empujaba a su primo más cerca de él.
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Eres prohibido
ФанфикSungYeol va de vacaciones a la casa de campo de su madre, y se reencuentra con su primo. OneShot.