El primer paso

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Ya era de noche, le dije a Rosalya en el instituto que tuviéramos otra pijamada este mismo día. ¡Tenía tantas cosas que contarle!

Ya habían pasado unas semanas desde el accidente que había tenido Lysandro, había causado mucha conmoción a todos. Gracias al apoyo que todos le brindamos, poco a poco fue recuperando la memoria. Desde el día en el que Castiel fue a mi casa e hicimos esas.... cosas.... Me ha costado mirarle la cara. No es que me haya molestado, la verdad es que me ha encantado que nuestra relación haya avanzado a ese punto, pero creo que nos hemos estancado.

Hace días que cruzo muy pocas palabras con él en el instituto. Nuestra relación sigue oculta, pero soy un poco egoísta y me gustaría tenerlo más tiempo para mí.

El que haya venido Priya al instituto y que yo muriera de celos había hecho que diéramos el primer paso en nuestra relación. Y que me hubiese puesto susceptible por el accidente de Lys, hizo que nos acercáramos más, pero desde que Lysandro volvió, toda la atención de Castiel se ha ido con él.


Ya eran cerca de las 8 de la noche cuando tocaron por la puerta. Mi madre fue a recibir a Rosa con una gran sonrisa, el accidente de Lys me hizo acercarme tanto a Rosa que ella iba a casa muy seguido. A veces, cuando Rosa no iba a la casa durante muchos días, mi madre me llenaba de preguntas. Ya era tan normal verla aquí...

Cuando llegó, habló un poco con mis padres antes de irse conmigo a mi cuarto, porque me veía hacerle muecas para que me siguiera.

- Estoy muertaaa Su!! Leigh me ha hecho ayudarle a hacer el inventario de la tienda. - Dijo Rosalya mientras tenía el ceño fruncido.

- ¿Por eso es que vienes tan tarde? - Dije algo curiosa,

- Sí, pero no te preocupes, ya todo ha acabado!! Es más, deja le digo buenas noches a Leigh por mensaje y lo apago, tienes muchas cosas que me debes contar.-Dijo mientras se acostaba en la cama.

Y era cierto, aunque éramos tan cercanas, la mayoría del tiempo hablábamos de ella, o de Lysandro, o de Leigh, o de todos ellos juntos... pero me había resignado a escucharlos, era lo mínimo que podía hacer. No le había contado lo que había sucedido en mi casa, a costas penas le había comentado que estaba saliendo con Castiel, pero me moría de ganas por contarle con más detalles, el hecho de que tenía que esconder nuestra relación era un poco frustrante.

-Y bueno, ¿Qué me tienes que contar? Adelante, soy todo oídos. -Dijo rosa mientras se ponía la pijama.

-¿No quieres algo de comer? Dijiste que venías cansada... -Dije mientras me dirigía hacia la puerta con intenciones de buscar algo de comer.

- No te preocupes, he pasado a un centro de comida rápida con Leigh, ya deja de darle vueltas al tema y ve al grano.

-La verdad es que no sé como empezar...-Dije nerviosa,

-¡Ash! Mira, he traído algo. - En ese momento, rosa sacó una botella de su bolso y me dijo.-Mira lo que he traído, Leigh me ayudó a comprarla, pensé que como es la primera vez que te abrirías conmigo era algo para celebrar, y claro, para que se te quitara esa pena que te da al decir las cosas.

-Pero Rosa, aún no cumplimos la edad suficiente para tomar alcohol.-Dije mientras trataba de parecer responsable.

-Tu no te preocupes, piensa que estamos en tu cuarto y si hacemos locuras va a ser sólo entre nosotras. Ése es el único riesgo que se toma al beber alcohol en bares o clubes.

-Bueno, deja voy a la cocina a conseguir unas copas.

-Te espero, no tardes... ¡Muero por probar esto! - Dijo con una cara de entusiasmo.

Me dispuse a salir de la habitación cuando vi que mi madre iba camino a la habitación de ella. Aproveché para desearle buenas noches, mi madre me preguntó el porqué iba hacia la cocina, un poco nerviosa le dije que Rosa tenía sed e iba a llevarle un poco de agua. Al parecer esta pequeña mentira le había funcionado, temía que no fuese así, porque Rosa acostumbraba a hacer las cosas por su cuenta en mi casa, así que era raro que yo hiciera algo por ella.

En cuanto ella se metió a la habitación, rápidamente cogí las copas y fui como alma que se la lleva el diablo hacia mi cuarto y entré con una cara llena de nervios.

-¿Qué te ha pasado? -Preguntó Rosa.

-Nada, sólo que me he topado con mi mamá en la cocina y no sabía que cara ponerle.-Dije con la cara pálida.

-Te armas un lío por cosas pequeñas... Ven siéntate.-Dijo mientras me señalaba una parte de la cama.

Me senté y vi como Rosa abrió la botella. No lograba ver que era, pero desató un olor a uvas muy delicioso. Rosa se sirvió en su copa, me la dio para que yo me sirviera, pero le dije que más tarde lo haría.

-Estoy cansada Su!! El accidente de Lys y la enfermedad de el padre de ellos me ha dejado agotada!! Tengo la sensación de que esto no va a terminar nunca!! Todavía me pongo a pensar sobre la enfermedad del Señor Ainsworth y me pone muy preocupada. Cada día me levanto y pienso en lo que puede pasar.- Dijo mientras funcía el ceño.

-Lo sé, yo también pienso en lo que nos puede pasar a todos. Me preocupa un poco Karla y lo que ha sucedido con las brujas, o Lysandro... que en cualquier momento se le pierde la libreta y no sé si es por la amnesia o si sigue siendo algo natural en él, pero me preocupas también tú Rosa. Sabes que cuando no puedas más puedes decírmelo ¿Verdad?

-Sí.. Lo sé. -Dijo mientras se servía el tercer trago de vino, ya hasta el habla comenzaba a temblarle.

--¿Porqué estás tomando Rosa? Terminaré llevándote a un centro de Alcohólicos.

-No seas dramática. ¿No quieres probar Su? No hay mejor manera que probar el alcohol que con tu mejor amiga.

Había pensado en no hacerlo, pero no quería quedarme atrás y parecer una tonta. Además que parecía una niña comparada con Castiel, así que pensé en tratar de igualarme un poco a él. Sin terminar estos pensamientos agarré la botella y di un buen trago.

¿Por qué te contienes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora