Encontré de nuevo al amor.

782 49 25
                                    

Sin volver a ver quién llamaba a esas horas de la noche colgué sin remordimiento. Mis padres ya no me llamaban a esas horas como cuando estaba en el instituto para preguntar en dónde me encontraba, así que di por sentado que podía ignorar el teléfono por ese momento. Volví a ver a mi chico, quien no dejaba de verme con mucha ternura, me acerqué hacia él para abrazarlo de frente y susurrarle tal como lo había hecho él hace unos segundos su nombre. "Tengo tantas ganas de hacer el amor contigo..." le escuché decir mientras apoyaba su cabeza en mi hombro, totalmente rendido hacia mi decisión. "No... No puedo esperar más tiempo... Y-Yo..." Sonreí mientras él seguía sin volverme a ver a los ojos. Me parecía tan ingenuo y dulce a la vez que me dijera eso, era tan considerado conmigo y mis sentimientos que podía estallar de amor. Mis manos se dirigieron hacia su cabello semilacio y mis labios se hacia su cabeza. Con la misma ternura de sus palabras le di un beso en la frente y con mi otra mano agarré su cachete para dirigir su mirada hacia la mía. Mordisqueé mis labios al observarlo con detenimiento. ¿¡Cómo resistirme!? ̶ Pues si es así, no esperemos más. ̶ Dije rápidamente, deseando que no me pidiera que le repitiera lo que acaba de pronunciar. Sentía su mirada clavada en mi. Y ahora era yo la que no quería esperar más, quería besarle para sentir sus labios contra los míos. Nunca en mi vida había experimentado el síndrome de la abstinencia y me declaré perdedora hacia sus encantos cuando perdí el control. Besé aquella boca que tanto me provocaba torpemente; seguidamente él tomó como suyos mis labios, bajó para darme besos en el cuello mientras yo escuchaba su respiración sobre mi piel ardiente. Sus gestos y caricias que habían comenzado con timidez, cada vez eran más rápidos y con más prisa, como si toda la noche fría de navidad no alcanzara para consumar nuestro amor. Acabó quitándose la camisa antes de tirarse de nuevo hacia mis brazos. Con pasos tambaleantes y besos llenos de amor, nos dirigíamos torpemente hacia su cuarto. Mientras nuestras caricias aumentaban, me apoyó fuertemente en la pared. Con una lentitud que me sacaba de quicio, bajó lentamente dando leves mordiscos en mi torso, el cual estaba cubierto aún por mi ropa; sus caricias eran tan embriagantes que sentí que el tiempo se había detenido, hasta que sentí sus manos tibias metiéndose entre mis muslos para luego encontrarme rodeándolo con mis piernas alrededor de sus caderas. ̶ Sucrette... ̶ Lo escuché decir jadeante. Se había detenido un instante muy duradero, por lo cual abrí mis ojos con la respiración cortada. ̶ Sucrette... ̶ Volvió a pronunciar sin dejar de verme a los ojos. ̶ Te amo. ̶ Mi cerebro definitivamente había dejado de funcionar con sus dulces palabras. Ya en ese momento yo sólo obedecía mis sentidos y mis deseos. Prosiguimos con los besos hasta que llegamos a nuestro destino. Finalmente, él soltó mis piernas para que yo, quien me encontraba en el cielo entre sus brazos, pudiera tocar de nuevo la tierra, pero claro... No nos separábamos ni un segundo. Noté cómo sus manos entraban a la parte baja de mi camiseta. Con un movimiento lento y firme, la subió por mis costillas, mi pecho hasta que por fin, la hizo pasar por mi cabeza para quitarla. Mis manos sintieron también la necesidad de no quedarse atrás con las acciones, así que simplemente yo también ya me encontraba quitándole la suya. Mis gestos eran menos seguros que los suyos, algo temblorosos... Y el hecho de que él fuera tan alto no ayudaba mucho. Cuando logré quitarla, me encontré a William con su torso totalmente desnudo, el cual estaba magníficamente esculpido. Él me miraba tiernamente, dejándome saber que daba el visto bueno a que yo pacientemente pudiera descubrir su cuerpo como si fuera mi primera vez. Sin dudarlo, toqué su piel y sentí cómo sus músculos se contraían al notar mi contacto físico de mis labios sobre su pecho.
Metió sus manos entre mi larga cabellera y bajó por mi espalda semidesnuda para quitarme el sujetador. Estar así entre sus brazos, era el colmo de la felicidad. Noté cómo intentaba controlarse. Sabía que quería saborear cada parte y cada segundo que estábamos viviendo en ese momento. Pero aún así me volvió a ver intentando adivinar mis pensamientos. En su mirada se lograba ver el miedo por despertar en mi el rechazo. Pero nunca me había sentido tan preparada. Así que terminé por desprenderme del sujetador yo misma y tirarlo por un lugar insignificante del cuarto. Sin nada de pudor, me lancé a darle besos en su cuello. Nuestras pieles desnudas aumentaba más nuestros deseos. William se echó hacia atrás para quitarse el pantalón dejándome ver un espectáculo privado hasta estar totalmente desnudo para volver a recostarse sobre mi en la cama. Sus manos acariciaron mi vientre y quitaron mi short selectivamente, dejándome solamente con mi cachetero. Lo volví a ver insinuativamente y él entendió perfectamente la invitación. Entre los besos y las caricias, me sentía muy febril.
Ya completamente desnudos y llenos de pasión se detuvo para agarrarme la mano. Con un leve beso en ella y dirigiendo esta a su propia mejilla me volvió a decir: "Te amo".

Ya lo que siguió después... Se los dejo a su imaginación.


Disculpen por actualizar hasta ahora, intentaré escribir otra parte hoy, pero fui a un campamento escolar por muchos dias :3 gracias por sus comentarios <3

¿Por qué te contienes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora