Pesadilla antes de Navidad

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La aldea navideña brillaba con fervor y emoción, las luces de diferentes colores y formas adornaban las pequeñas casas de colores pasteles pertenecientes a los elfos trabajadores del lugar. Las puertas y ventanas eran decoraras por pequeños copos de nieve, la Navidad estaba a poco tiempo de llegar y los elfos lo sabían de sobra.

Corrían y saltaban por todas partes, adornando cada rincón de la aldea con una gran sonrisa en sus caras. Asegurándose de que todo estuviera posicionado correctamente y de la forma en la que Santa se los había ordenado.

- ¡Taehyung ten cuidado!.

- ¡Tranquilo Minnie!, ¡se lo que hago!.

Dos elfos se encontraban adornando el arco de la entrada principal a la aldea, siendo esta la más importante y la que llamara más la atención de las restantes. El más alto de los dos estaba trepado en uno de los dos grandes tubos que sostenían el arco, con la mera intención de alcanzar el centro y poder pegar la gran estrella de colores que, según el, sería lo que le daría toque final y el mejor.

- Te dije que con una escalera sería más fácil, pero no...-el bajito de rosadas mejillas resopló cansado, rogando en su interior que su amigo no cayera y se rompiera algo.

- Eso es para tontos.-frunció su entrecejo maniobrando con sus brazos la gran estrella en busca de no caer a la nieve.

- Lo que estás haciendo tú es para tontos, ¡si te caes Santa nos dará una reprimenda horrible!.

- Deja el dramatismo, Jimin. ¡Listo!.-gritó alegre, sonriendo como un desquiciado al observar su obra maestra. Simplemente perfecto.

- Bien, ahora baja de ahí.

Jimin y Taehyung, dos de los miles de elfos que residen en el lugar, son de los más alegres y extrovertidos trabajadores de Santa, al igual que los más cercanos a el.

Taehyung siendo el más alto de ambos y el portador de una hermosa y única sonrisa cuadrada, aparenta inocencia pura junto a su sedoso cabello rosado, lo cual es todo lo contrario. Su personalidad traviesa y para nada calmada lo ha metido en varios problemas, sus bromas y juegos han causado miles de regaños por parte de su Jefe, Seokjin, mejor conocido como Santa Claus, y claro, dolores de cabeza casi insoportables para su pequeño amigo y compañero de trabajo Jimin. Este, por el contrario de Taehyung, porta una personalidad mucho menos explosiva y calmada, prefiere pasar su tiempo libre en la comodidad de su hogar, bebiendo chocolate caliente y comiendo galletas de jengibre envuelto en una caliente manta. Su brillante y llamativo cabello anaranjado suele darle un aire algo intimidante, junto a sus pequeños y afilados ojos marrones. Claro que es todo lo contrario, con tan solo una sonrisa de su parte puede derretir tu corazón de tanta ternura.

Definitivamente eran el par favorito de Santa Claus.

- Se ve muy bien.

- Te lo dije, se lo que hago.-alardeó sonriendo más que orgulloso de su trabajo, el pequeño gorro verde con detalles dorados caía con gracia al lado derecho de su cabeza.

- Algunas veces dudo de ti.-suspiró tomando la caja de cartón que contenía el resto de las decoraciones.

- Pues no deberías mi querido amigo.-rodeo sus hombros empujando el gorro del más bajo hasta que esté tapo sus ojos.

El de cabellos anaranjados resopló acomodando su gorro de nuevo, su amigo no cambiaría nunca.

- Un día de estos terminaran corriéndote de la aldea.-contesto Jimin caminando con algo de dificultad debido a la gran caja entre sus pequeñas manos.

Al más alto de los dos le arrebató la caja de las manos burlándose de el al poder cargar está sin problema alguno, su pequeño amigo era como un peluche, como esos que hacían día con día en la fábrica, abrazables, tiernos y en algunas ocasiones con una cara de amargados que ni la mismísima Cocoa caliente y unas ricas galletas de mantequilla les quitaba.