Capítulo 25: "El Laberinto Eterno"

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"Ahora, con Fidget a su lado, debe encontrar a su hija. "

La última anotación de Aeval sigue resonando en mi cabeza, mientras desciendo por unas escaleras que me comunican con una sala circular marrón, bastante abandonada. Me sorprende lo iluminada que está, gracias a los vitrales multicolores. Los haces de luz se dirigen hacia el cuerpo descansado de mi esposo. FIDGET SIGUE HECHIZADO. No logro despertarlo. Respira pero es como si estuviese en un sueño profundo. Intento salir para buscar ayuda pero la puerta subterránea no cede. Sin embargo, el lugar me recuerda a la prisión mágica. Tanteo las paredes hasta encontrar una con un símbolo extraño. Seis gemas coloridas formando un círculo. La mamá de Fidget me sigue ayudando.

-Detrás de esa pared, se encuentra un laberinto, en el cual está la poción de raíces que logrará despertarlo. No se olvide que en una de las gemas que usted reparó, se encuentra el mapa. Apresúrese, siento la presencia de Lilith.

Este puzzle responde a la lógica de ubicación. El círculo es el árbol y los colores son los vitrales. Una vez resuelto, la pared desciende para dejarme ver la entrada al laberinto. Uso las joyas para iluminar los pasillos mientras camino despacio. Cada paso que doy, la tierra se mueve. Igual que en El Laberinto de los Mortales. Encuentro llaves, cofres y tres cabezas de mujer a la espera de algo. No entiendo esto último. Las llaves son para los cofres. Estos ocultan una piedra de diferente color y material. ¿Sólo tres?

-Faye, no queda mucho tiempo -escucho la voz de Aeval preocupada.

Mientras pienso, me topo con una puerta similar al anterior laberinto. ¿Falta una llave más? Por lo tanto, deposito las piedras en las aldabas, las cabezas de mujer, y sus ojos se iluminan de un color azul brillante, como en la mansión de La Reina Hada de los Sueños.

-Esto no me gusta nada -pienso.

Al colocar la tercera piedra, oigo un sonido a lo lejos. Como de algo moviéndose.

-Si es la puerta, espero no encontrarme con ella.

Sigilosamente, llego y encuentro la poción. Sin importar el tiempo y donde estoy, corro hacia la salida. Abro la boca de Fidget con cuidado mientras con un mano sostengo su cabeza. Le vierto gota a gota para que despierte. Resulta en vano. Me pongo a llorar al lado de él. Una mano roza mi brazo.

El Laberinto Eterno (Crónicas Oníricas #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora