Sabes que tienes un problema cuando te mudas y tu vecino es el guapo Donald Trump.
Y sabes que tienes dos problemas cuando este es el capitán del equipo de fútbol de tu mismo instituto.
No pude evitar quedar embelesada mirando esos abdominales esculpidos por los dioses. Sí que era un Adonis.
Pero claro, recordé cómo actuaba conmigo y cerré fuertemente los ojos.
-Creí... Creí que era el vestidor de chicas- -Pues creíste mal, negrita. Apúrate y vete, no se vería bien que salieras de aquí con un ojo morado- Dijo con una sonrisa torcida. Qué sexy.
Sonreí nerviosa en respuesta, me di la vuelta y al girar la manija esta no giraba.
-Vete estúpida, me desesperas- -Um... Es que... Está dura...- -¿Qué?- -No gira- -Nos dejaron encerrados, negrita-
¿¡Qué pedos?! ¿¡Encerrada con Donaldo?!
-Como sea, me vestiré y veremos cómo salir de aquí-
Saqué mi celular para esperar, me puse a jugar CDM y, como siempre, ningún PA en la flor. Agh. Pasaron los minutos y Trumpi no aparecía, se me acabó la batería del celular y me levanté suspirando en busca del platinado.
-¿Qué haces?- -Busco una solución al encierro, duh- -No creo que ayudes al buscar el punto más alto de la habitación- -Y yo no creo que ayudes moviendo esos sucios labios- -Touché, touché- -Como sea, creo que sólo hay que esperar a que nos abran y ya- Bajó de la banca y se sentó, me senté a su lado y se alejó hacia la orilla. -¿Qué haces, enana? ¿Tratas de seducirme?- Me dijo frunciendo sus extrovertidas cejas. -No... Yo...- Y estalló en risas. Él. Riendo. -Estoy bromeando un poco- -Oh... JAJAJAJAJAJAJA- -No era tan gracioso, ¿sabes?- -Sip-
Pasamos al rededor de una hora conversando, su sonrisa era hermosa y su voz melodiosa. Pero cuando me decía "negrita" o "enana" recordaba el tipo de persona que fue conmigo esta mañana.
-Oye, quería decirt...- La puerta se abrió, revelando a un chico alto y con una sonrisa encantadora.
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-Wow Don, con una chica tan bonita en tu vestidor. Qué suertudo, mijo- -Hola, soy A...- -April, todos te conocen- Se ríe, seguramente recordando el sombrero -Soy Mike Pence, pero puedes llamarme Penc- -Genial, jaja- -Penc, vámonos, dejemos a la negrita sola para que limpie como lo que deben hacer los de su calaña- Dice Donald con un tono despectivo. Toma su bolso de deportes y fabulosamente camina hacia la entrada.
Perdí una clase en mi primer día, me encargaré de saber quiénes me hicieron venir aquí. Aburrida, sin poder ingresar a esta hora a sudar y sangrar, me puse a recorrer el lugar.
De pronto encuentro un extraño libro en la banca donde pase la tarde con el platinado.
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Estaba atónita, este era la "bitácora" de Donald. Podía acceder a todos sus secretos. Tenía la mejor oportunidad en mis manos, pero no estaba segura si debía hacerlo. O sea, una vez leí los expedientes de Lisandro y 10 capítulos después aún me lo recuerda. Um... Eh... Qué diablos, nos odiamos.
Comencé por el principio "Querida bitácora, te compré porque perdí la que tenía antes, realmente espero que nos podamos llevar bien y que no le cuentes a nadie lo que te cuente;)"
BULLSHITTTTTT
Aburrida seguí hojeando hasta que encontré una página con restos de gotitas de lluvia, debería cuidar más sus cosas. "Querida mía, ya hace 2 años mi padre fue asesinado por ese maldito Juan González de la Montoya Juárez Riquelme, no pasa un día en el cual no llore lamentándome no haber acompañado a mi padre ese día, tal vez todo habría sido diferente. Iré a dejarle unas flores a su tumba esta tarde, nos vemos"
Oh, eran lágrimas de penita. Mejor. Pero jamás creí que alguien tan escultural pudiera tener esa clase de historia.
Creo que debo devolverlo, aunque eso signifique volver a sufrir su ira.
Okay, em, qué pedo. Más de 1,5k de vistas en un día, me siento popu. No sé qué diabletes, pero weno, gracias por leer 🌚🍐💙
