Capitulo 18: Perro viejo, viejos trucos

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Narrador: Noel
Localización: Primer mundo

Estábamos en el hospital aún con las alarmas retumbando en todas las paredes. Entré al cuarto en el que Harvey y Thomas estaban durmiendo. Adentro estaba Diego cargando a Harvey y Cloe estaba cargando a Thomas.

-Señor Richter, escuché que usted era un francotirador de primera. ¿Es mucho pedir su ayuda?
Dijo Cortez saliendo del cuarto. Aunque me dije a mí mismo que nunca volvería a usar mi arma otra vez, tenía que proteger a Thomas. No perderé a otro hijo.

-Esta bien, pero mi vista ya no es como antes.
Le dije con la esperanza de hacerlo cambiar de opinión

-Eso no será un problema. Sé que aún tiene unos trucos bajo la manga.
Respondió, lo cual me animó un poco.
De todas formas, la volvería a usar algún día.
Recuerdo esa arma perfectamente.
Cada vez que la traía a casa Thomas decía "yo la quiero usar también".
Lo que no sabía, era el peso que cargaba por todos los que había matado, para mantenerlo seguro.
Siempre me dije a mí mismo "No pienses. Solo dispara"
Hasta que volví de la guerra, fue cuando me enteré de que mi hermano había muerto.
Le dije adiós a muchas personas, lo único que me importaba era cumplir el último deseo de mi hermano. Cuidar de sus hijos.

Salimos del hospital por la puerta de atrás la cual estaba bloqueada por el muro que habíamos construido. Cortez pateó el pedazo de metal y se colapsó.

-Eso se supone que era un secreto. ¿Cómo lo encontraste?
Preguntó Cloe

-Thomas me dijo
Respondió Cortez

-¿Ahora lees la mente?
Pregunté con tono sarcástico

-No. Me dijo en un futuro alternativo

Dijo el mexicano adentrándose en el bosque detrás del refugio. Seguimos caminando hasta que paramos en un árbol inmenso que parecía sobre salir de todos. Lo había visto antes en mis turnos de guardia, siempre lo había querido ver de cerca.
Cortez empezó a trepar con Harvey en sus hombros.
Dejó a Harvey reposando en una de las ramas y luego bajó un poco y tomó a Thomas dejándolo en una rama diferente.

-¿Qué están esperando? Empiecen a trepar.
Nos ordenó y ambos obedecimos trepando asta la copa del árbol, desde allí se podía ver la puerta principal del refugio siendo atacada por demonios.

-Noel dame tu radio y empieza a disparar
Ordenó, lo cual hice

-Oigan pequeños vándalos. Fuera de mi propiedad.
Dije antes de dar el primer tiro destruyendo la cabeza de uno de los demonios

-Ha, Tenias razón, este viejo perro aún sabe algunos trucos
Le dije a Diego el cual estaba hablando por la radio.

-Okay Noel, dígales a todos que se alejen de los muros
Dijo Cortez preparado para algo

-¿Por qué?
Pregunté aún disparando

-La fuerza Mexicana amigo mío, así que diles que retrocedan.
Dijo Cortez y después de estas palabras miles de balas fueron disparadas hacia la puerta, matando a los demonios uno por uno.

-Okay creo que ya se acabó
Dijo Cortez. Yo al igual que Cloe estábamos aterrados, pero él, no tenía miedo.

Bajamos del árbol. Se sintió bien volver a usar un arma otra vez, y aunque se escuche horrible, eso te causa la guerra. Cortez salió del bosque con toda confianza, pero Cloe y yo, nos quedamos ocultos protegiendo a Harvey y a Thomas.
Varias personas salieron de los árboles que ocultaban el camino.
Y uno de ellos saludó a Cortez. Empezaron a hablar, probablamente en español ya que no pude entender.

-¡Cloe, Abuelo, ya pueden salir, ellos son amigos!
Grito Cortez, Cloe salió del bosque y yo la seguí
Enfrente de nosotros había lo que parecía ser un ejército. En ese caso Cortez probablamente era su líder

-Noel, nos preguntábamos si podrían quedarse aquí, de todas formas tenemos mucho espacio y necesitan más personas trabajando de guardia. ¿Qué dices?
Preguntó Cortez, no sólo era su líder, también hablaba por ellos. No pude negarme, esta gente acababa de salvarnos.

-Acaban de salvar este refugio así que no creo que haya mucho problema con el racismo.... Así que con gusto pueden quedarse, tenemos mucho espacio.

Al decir estas palabras las puertas del muro se abrieron, y todos entraron.
Al final me quedé solo con Cloe y Cortez.
Pero escuché una voz.

-¿Noel?
Esa voz.
Era una voz que podría reconocer donde sea.
Detrás de mí estaba ella

-¿Ana?
Dije con lágrimas en los ojos. Su cabello ahora blanco estaba peinado en una trenza, sus ojos azules resaltaban aún más, pero además de eso, no había envejecido para nada.

-Mírate. Para un hombre de tu edad, te ves muy saludable
Dijo caminando hacia mí con lágrimas en los ojos

-Y tú te ves tan hermosa como siempre
Dije quitándome las lágrimas de mis mejillas, cuando se acercó los suficiente nos abrazamos, tanto tiempo sin verla. Pensé que se había olvidado de mí.

-Te extrañe. Viejo amigo
Me dijo

-Todos estos años y aún me recuerdas.
Respondí

-Cómo podría olvidar a la persona que estuvo a mi lado durante 12 años
Estas palabras hicieron que mis llantos se volvieran más fuertes

-Perdóname- Dije en llantos -No quería dejarte, después de Irak todo cambio, yo cambié-

-Para mí sigues siendo el idiota que tanto amo- Dijo separándose de mi -Aunque todavía me debes una boda

Paciente 0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora