2-Un día cualquiera

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Más preguntas me inundaban la mente conforme pasan los minutos junto a Val en el auto.

El camino al instituto fue tenso, Val no notó mis miradas hostigadoras desbordantes de dudas, y asombro.

todavía no lograba comprender qué fue aquello tan extraño,

¿Un simple sueño? ¡No lo creo!

Muchas veces había tenido pesadillas, pero nada nunca en mi vida había sido tan real, tan tétrico, eso fue definitivamente algo de lo que no podría olvidarme tan fácilmente.

Las preguntas comenzaban a atormentarme de tal manera que decidí simplemente bloquear mi mente, con algo hermoso, con la carpeta de recuerdos más hermosos que tenía, con ella...



Unos minutos después, Val me observo perdido en mi mundo, y lo supo

¡Era mi hermana! Jaja mierda... ¡Me conocía mejor que nadie!

De una manera ligera, pero llena de malicia, entabló una conversación con ella involucrada,

¡Sophie! –Sophie , sophia, S... ¡carajo!

La mejor amiga de Val, ella la mencionó porque sabía que mis entrañas se enredarían en un nudo gigantesco, ella me encantaba, Val me había descubierto mirando a Sophie en varias ocasiones, más de una vez estupefacto, con cara de estúpido flechado por cupido, su belleza era capaz de paralizar el tráfico.

Llegamos, al parqueo del instituto, val no dejaba de parlotear sobre Sophie, cuando a ella se le metía la gana de molestar era exhaustiva, luego de sus torpes intentos de aparcar marcha atrás Val se dio por vencida  y finalmente me dio el volante a mí, si bien era 2 años mayor que yo, eso de manejar no se le daba muy bien, aparqué el auto y bajamos, no sin antes darle una mirada de victoria, y forzar una risa muy fingida cual villano de Disney, gozaba burlarme de su torpeza tras el volante, me golpeo con toda su fuerza el brazo, fue como un lindo gatito golpeando suavemente su bola de estambre con la pata.

Le devolví las llaves de su auto, me dio un beso en la frente y me dijo

-¡nos vemos luego!

Puse la mochila sobre mis hombros y me encaminé a mi salón de clase.

Era el peor día del mundo el maldito 14 de febrero, digo no es que sea amargado o un grinch del amor, pero créanme que cuando eres soltero y considerado el chico invisible de la clase no es precisamente un día muy divertido, llegar a la clase de lengua con la pesada señora Sanders era otra de las cosas que hacía de ese maldito día ir de mal en peor , me desvié al ver a Samuel parado justo al lado de un bombom de cabello rizado, y alcancé a ver el show, ver como Samuel trataba de brincarse la escalera social e ir directo a ese bombon que solo Dios sabrá su nombre pues le tomó menos de tres nanosegundos mandar a volar a Samuel con la mirada.

Me le acerqué a Samuel y le dije:

–WOO buuueno ese es un nuevo record ¿No?


A lo que me respondió con brusquedad sin palabra alguna, solo un puñetazo en el abdomen,

-Cállate dijo después,

solté un risa parece que no has aprendido, esas brujas solo se interesan por vejetes con buen dinero, a lo que Samuel alegó

-pues la pasta es lo de menos cuando tienes esta cara de ángel, y puso una mirada de perrito hambriento,

Sam era alto casi de mi tamaño, despreocupado por la vida, siempre con una sonrisa, y sacando sonrisas él tiene un  don de gente envidiable, moreno, cabello rizado y corto, con unos anteojos en su rostro que lo hacían ver bastante inteligente lástima que  el aura de inteligencia se esfumaba al opacarse por su charlatanería.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2016 ⏰

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