"El anhelo de tener a mi niña entre mis brazos, no era mas que una recreación de mis fantasías, las cuales morían entre deseos reprimidos y las paginas de mis historias sin completar."
Antes
Una semana antes de que dejara mi hogar, la tranquilidad y el resto de mi vida; el clima en la ciudad se tornaba cada vez mas caluroso a medida que los días avanzaban, con una chispa de inquietud en el interior de las paredes de mi casa. Brooke y yo nunca nos habíamos distanciado tanto tiempo el uno del otro, era tan extraña la presión que se sentía en el aire.
Estaba muy seguro de que yo era el problema, pero solo lo comentaba conmigo mismo en el seno de mis pensamientos, mientras tanto ella huía de mi presencia y del rechazo hacia la pequeña fortaleza que construimos en su vientre. La prueba viviente de que mi vida no estaba completa, y que incluso no poseía ni una pizca de responsabilidad, ni si quiera para conmigo. Y que a pesar de que mis sentimientos solo le pertenecían a ella, mi tan apresurado matrimonio no estaba dando frutos positivos. Me preguntaba si sucedía lo mismo con otros matrimonios recientes.
Con Brooke comenzamos nuestra relación a muy temprana edad, incluso a penas estábamos intentando averiguar el significado de la vida, deambulando por los pasillos del instituto que olían a pubertad y desesperación. La adolescencia fue un lapso tranquilo, con la lluvia de sensaciones que te brinda el primer amor. Nos enamoramos simultáneamente, de una manera frenéticamente e indecente. Mi corazón y cada partícula de mi alma le pertenecían como si estuviéramos hechos de la misma esencia. Era una hermosa morena de mirada cautivadora, sus profundos ojos negros irradiaban un efecto casi mágico al contacto con mis pupilas.
Su padre no nos permitió formalizar la relación hasta los 17 años, su familia solía mantenerse estricta ante las decisiones de sus hijos. Fue complicado durante un tiempo para ambos el poder gozar de una mutua intimidad sin el ojo vigilante de los mayores detrás del cerrojo de la puerta. Sin embargo esto no nos detuvo de las pequeñas escapadas nocturnas y los encuentros de medianoche en mi balcón. Esto producía en nuestros inexpertos cuerpos una sensación de exaltación que iba acompañada por un baño de emociones que nos recorría de pies a cabeza.
Nunca he sido una persona de muchas amistades, prefería siempre mantenerme al margen de los eventos sociales u otras actividades para los jóvenes. Esto facilito mucho mas mi trato con Brooke, ya que compartíamos mucho mas tiempo semanal y ninguna dificultad se nos interponía en ese paraíso de amor temporal. Y menciono "temporal" porque inclusive ante nuestra mutua historia, luego del matrimonio y de cumplir 28 años de edad, mi vida dio un giro temporal del que aun no puedo liberarme. Intento a veces descubrir el motivo de nuestro abrupto desafecto.
Si bien es cierto que nadie nos obligo a tomar los votos matrimoniales, lo hicimos por nuestra cuenta, llevando a cabo este plan desde que comenzamos. Fue una fantasía de la misma adolescencia, el deseo de casarse con esa primer novia que tanto te marco el alma.
Nuestras familias no estaban de acuerdo, sobretodo mi rígido padre (con quien, por cierto, el trato había sido complicado en si) el cual se había casado y divorciado mas de dos veces en su vida. Según el no debería haber tomado decisiones apresuradas ni por asomo, y que el matrimonio a mi edad no era más que una simple sueño a lo lejos. De mi madre quizás no hay mucho que contar, se había esfumado como polvo en el aire hacia mucho tiempo ya.
Sin embargo, asentándose en el presente, nuestras vidas estaban estancadas en un lapso de aburrimiento constante. Las discusiones se hacían protagonismo a diario e incluso de vez en cuando las llamas de la infidelidad y la vergüenza se encendían en mi. Cabe destacar que hasta cierto punto no tengo demasiados contactos sociales con las personas, pero siempre ha habido mujeres correteando a lo largo de mi vida, como si fueran uno de los factores necesarios para sobrevivir. Cada vez que se iba una, aparecía otra mejor que la anterior. Pero a pesar de todas mis pequeñas aventuras, siempre estaba Brooke del otro lado.
Recuerdo una bailarina de un viejo bar que solía frecuentar, si bien su nombre se me ha borrado de la mente, me visitaba todas las tardes luego del trabajo. Entre sesiones de mas de dos horas, nos divertíamos con juegos sexuales y charlas sin ninguna razón. Tenia un sentido del humor un tanto fresco y juvenil, y es lo que buscaba mas allá de la expresión sexual. Fumábamos de mis cigarros franceses y nos reíamos constantemente de los chistes que ella misma me contaba. Quien dice que las prostitutas de los bares no pueden ser interesantes.
2
Sobre mi no hay mucho que comentar, nací en una familia tipo y sobrelleve una vida muy tranquila. Mi padre era una persona bastante rígida, de trato complicado, de tantas ascendencias que casi no logro recordarlas. Me ocupe durante un tiempo del negocio familiar que me han dado a heredar desde que tengo memoria. La tabacalera hacia dominio entre las industrias de otro nivel, y era una salida rápida de dinero para mis propios fines personales. A pesar de haber disfrutado de los privilegios del dinero desde que nací, mi familia sabia muy bien como administrarlo y solo podía aprovecharlo en determinadas cantidades.
Mi padre en muy poco tiempo abandonara nuestro recinto imperio para dedicarse a otro tipo de cosas que tiene entre sus planes. No sera nada fácil ocuparme de las tareas solitariamente, aunque exista un equipo de empleados especiales que se ocupe de determinada área. No tengo hermanos que puedan facilitarme este hecho...bueno tal vez este mintiendo y me sentiría muy culpable al no mencionar a Kayle.
Kayle, hacia protagonismo entre nosotros como un fantasma que se intercalaba entre las lineas de mi mente. En una lluvia de razones que no me permitían seguir el transcurso de mis días. No es muy difícil de entender, el había muerto por motivos que aun no tengo deseos de mencionar.
Ni siquiera había llegado a cumplir quince años cuando nos sorprendió tan inquebrantable noticia. La muerte de un hijo y de un hermano promete dejar la vida colapsada entre imágenes imborrables y recuerdos del pasado de los cuales no podrás huir.
La unión que teníamos tal vez no era una de las mejores, pero a pesar de todo cuidada de el ante cualquier situación, como un buen hermano mayor. Avive su interés por el mundo de los deportes desde que eramos pequeños, asistiendo todos los sábados al Dallas Blue Club, que casualmente tenia mi nombre y que estaba al dominio de mi padre.
Kayle detestaba el fútbol, huyendo temerosamente del balón cada vez que se le acercaba, mientras el equipo del que formábamos parte, balbuceaba insultos por lo bajo, porque estaba claro que nosotros teníamos prioridad en el club. Luego hablaba el resto del día sobre lo mal que juego el partido, pero lo consolaba diciéndole que todo era cuestión de tiempo.
Su colección de piedras y gemas raras me apasionaba, y era una de las facetas que solíamos compartir durante las vacaciones de verano. Durante nuestra estadía en Cabo, logramos hallar un extraño fragmento de berilo rojo oculto dentro de una catacumba de cristal antigua. El berilo a menudo desconocidos para el público en general, es una de las gemas minerales más importantes. Es incoloro en forma pura. Las diferentes impurezas le dan al berilo su variada coloración. Sin estas espléndidas variedades de color, sería más bien una piedra preciosa ordinaria con sólo fuego medio y brillo. Era una de las gemas mas preciosas que había visto en toda mi vida, y uno de los momentos que nunca podre olvidar al recordar el rostro feliz de mi hermano.
El efímero y casi inexistente amor que mi madre jamas le dio a Kayle, obligo a mi padre y a mi a cumplir con todos sus caprichos, mas allá de que nunca había sido un niño interesado por los objetos materiales.
Era feliz justo a sus libros de literatura, su colección de gemas, su odioso pero adorable gato Buttercup y sus manías para hacerme sonreír.
Quizás era momento de asumir la perdida y dedicarme a mi irresponsable tarea como futuro padre.