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Antes
Una mañana de marzo Buttercup había desaparecido de casa y Kayle lo busco con desesperación durante toda una semana. Pasaba largas noches en vela y se rehusaba a la ingesta de alimentos. Estaba demasiado preocupado como para poder concentrarme en las horas de trabajo, y la idea de Brooke por conseguirle un gato nuevo, no era del todo aceptable.
Si bien es cierto que no es muy difícil hallar un gato bombay, la pequeña bola de pelos era especial para mi hermano. Era obeso y con frecuencia orianaba fuera de la caja de arena, lo cual enfurecía mucho a mi padre.
Para mi suerte, estaría fuera de ciudad por un par de días, así que de todos modos el apestoso gato tendría que esperar. Era un viaje de negocios que solo me tomaría un par de horas, el resto de los días los utilizaría para descansar de Brooke. Ella llamaba a esos viajes "salidas misteriosas", ya que muy en el fondo era consiente de que eran la excusa perfecta para mantenerla alejada y tener una mini soltería lejos de la casa y de las responsabilidades.
Una vez dentro del auto, me tome un momento para prenderme un cigarrillo y responder algunos mensajes. Luego encendí el gps y aliste bien la ubicación del lugar al cual me dirigía. Mientras conducía algunos pensamientos de intriga me invadían la mente, me gustaba razonar mientras era capaz de conducir en soledad, sin voces ajenas, ni nada que pueda interrumpirme. Me había acostumbrado a los cambios de tono de voz, las palabras apresuradas, los bisbiseos y las risas contenidas. Ya que no pasaba mucho tiempo solo con mi presencia, sino mas bien rodeado de personas, y valoraba mucho esos momentos.
Una pequeña molestia, mas bien un sonido, se colaba entre la voz de mi interior y la realidad. Pero no tenia muchas ganas de detenerme a medio camino para corroborar que estaba sucediendo, pero temía que fuera algún problema del vehículo. Unos kilómetros mas adelante la molestia iba siendo mas irritante para mi poca paciencia y se me hacia imposible concentrarme en la carretera mas que estar pensando en ese fastidioso...¿ronroneo?.
Me detuve de golpe y me ubique a un costado del cordón de la calle, para no estorbar el transito que venia detrás. El ronroneo era proveniente de la parte trasera del auto, justo debajo de los asientos. Había bastantes cosas tiradas en el suelo porque no me caracterizaba por ser un sujeto ordenado. Entre papelerios y envolturas de golosinas, halle lo que menos me esperaba encontrar en aquel momento. La apestosa pero adorable criatura al cual por algún motivo que desconozco Kayle lo amaba. Llevaba semanas sin ver a Buttercup, lucia asustado y un poco maloliente entre esa amotinada pila de papeles. ¿Como hizo para llegar al auto y porque se ocultaba de esa manera?, era un comportamiento bastante extraño para un gato y jamas había huido de su casa, ni siquiera para buscar apareamiento.
Pocas veces Buttercup reaccionaba de buena manera al verme cuando me acercaba a Kayle. Si no intentaba arañarme, no me quitaba la mirada de encima. Pero esta vez se veía demasiado asustado como para moverse de la comodidad de aquel desorden.
-¿Que vamos a hacer contigo apestoso?- Musite.
Lo tome entre mis brazos para ver si todo andaba bien, me refiero a si traía algún tipo de herida o si estaba enfermo; pero todo parecía estar igual que siempre. Ya que no había nada fuera de lo común, me digne a llevarlo nuevamente a su hogar, Kayle lo recibiría y se ocuparía de el.
Sin embargo, me hacia falta un chapuzón de realidad para notar que aquel gato no estaba allí por perderse de su casa o por algún otro motivo que lleva a los de su especie a alejarse. Buttercup dio un salto y se acomodo nuevamente entre los papeles donde se encontraba. No tenia mucho tiempo para regresarlo, y no estaba demasiado paciente aquel día. Volví a sacarlo de pseudo madriguera y así poder continuar de una vez por todas. Y de un momento a otro la confusión me abrumo, cuando unos nítidos maullidos y unos diminutos pares de ojos terminaron de sorprenderme.
